Harry

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

TOBY MELVILLE | REUTERS

08 ene 2023 . Actualizado a las 10:51 h.

Hay dramas del primer mundo. Y luego, todavía un poco más allá, están los picores de los más privilegiados, esas frustraciones insuperables cuyo eco resuena y resuena en su burbuja. Ahí está Harry. O Enrique. Como se prefiera. El hijo pequeño de Carlos III. Que, tras ir soltando granadas contra su familia, lanza ahora la bomba nuclear. Su libro. El título en español es En la sombra. En inglés, Spare, que significa repuesto. Así es como se le ha llamado durante siglos al hermano que sigue al heredero en el Reino Unido. Esa elección es el primer mensaje: el complejo de ser el segundón. Pero eso es solo el principio. The Crown parece Barrio Sésamo al lado de lo relatado por Harry. Kate Middleton es la cuñada insoportable. Ella y Guillermo lo convencieron para que se disfrazara de nazi. Porque Harry, a sus veinte años, no sabía que una esvástica nunca hace gracia. Camila es la malvada madrastra. El autor, que ha vendido su historia con Meghan como una batalla por el amor y la libertad, cuenta alegremente que intentó impedir que su padre se casara con Camila. Reclama que respeten su intimidad y ha deshuesado su vida en Oprah, ha cobrado millones por contarle sus cosas a Netflix y ha escrito un libro en el que recuerda cómo perdió la virginidad en el solar de un pub. Dice temer por su seguridad y revela que mató a 25 talibanes. Y todo con tono de pataleta infantil.

Harry y Meghan, presuntos símbolos pijoprogres, lloran en su mansión de Montecito. La cuestión es que, antes de rebelarse, se casaron en una boda real y todavía no han renunciado a su título ni se han apeado de la línea de sucesión. Reniegan de la Familia Real, pero ellos son una familia reality, ese tipo de personajes que comercian consigo mismos y que cuelgan la ropa sucia allí donde se les pague por ello.