El «Corema album» (camariña o caramiña) y el cambio climático

Juan Ramón Vidal Romaní GEÓLOGO. CATEDRÁTICO EMÉRITO DE GEOLOGÍA DE LA UDC

OPINIÓN

XRS

29 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La camariña o caramiña está en riesgo extremo de extinción en Galicia. Aunque el Consello da Cultura Galega (Comisión do Patrimonio Ecolóxico) pidió en 1989 su consideración de especie amenazada, 34 años después la Dirección Xeral de Patrimonio Natural la ha condenado a muerte. Como se sabe, en Galicia el cambio climático, provoca un aumento del nivel del mar. En zonas de acantilado, por su verticalidad, esto tiene poca influencia, pero en zonas de playa el mar penetra de forma agresiva en el continente provocando la regresión de las playas, cada vez más pequeñas, y de las dunas, que son fuertemente erosionadas. Hace 15.000 años, la costa desde A Guarda hasta Ribadeo era un continuo arenal con un ancho de decenas de kilómetros y mas de mil kilómetros de largo. Entonces la planta ocupaba toda la franja costera, pues su hábitat exclusivo es el arenoso, con un pH alcalino; y, como en Galicia la caliza (da pH básico al suelo) no existe, las zonas de playa con bioclastos se convirtieron en el único sustrato para acoger a la caramiña. La subida del nivel del mar ha reducido a menos de 400 kilómetros la longitud total de las playas, y además las ha desconectado, impidiendo el flujo génico entre las poblaciones costeras de caramiña. Del hábitat continuo en toda la costa solo conserva un tercio y muy desconectado. Y como el sustrato rocoso que rodea la playa es de naturaleza granítica, o al menos de pH fuertemente ácido, las posibilidades de supervivencia de la planta se reducen espacialmente con cada temporal, pues no tiene posibilidades de desplazarse. En el 2004, en un inventario realizado en la Costa da Morte, tan solo había ejemplares en Trece y A Pedrosa, cerca de Reira, una zona ocupada por chalés ilegales y atravesada por senderos costeros muy frecuentados. A los riesgos por la subida del nivel del mar y de la acción eólica extrema (que registra allí durante el invierno rachas de 140 km/hora de viento), se unen los del pisoteo de su hábitat por los turistas. Los coídos (playas fósiles de cantos) y la población de caramiñas son los dos recursos naturales en mayor peligro en la zona.