Sería interesante ver el proceso. Saber en qué momento la televisión pública se ha apuntado también a la corriente nostálgica que lo impregna todo y que muchas veces se olvida de las sombras para aferrarse con fuerza a un tiempo pasado que aunque no lo fuera, con los ojos del presente parece mejor. Por alguna razón, Televisión Española ha decidido que en el reloj del Delorean hay que retroceder unos veinte años, a esa España que vivía todavía en una burbuja en la que los pies de barro sobre los que se sostenía parecían pilares de hormigón armado.
A las 00.01 del 2023 será el año 2000. Porque quienes nos conducirán hacia el que (crucemos los dedos) será el primer año de efectiva pospandemia serán rostros conocidos del cambio de siglo. Anne Igartiburu, después de 17 años, podrá tomarse las uvas en casa. O donde quiera. El testigo se lo recogen Ana Obregón, después de lo que ahora se adivina un proceso de transición paulatina y ordenada, y Los Morancos. Un regreso con ligero aroma a naftalina a un humor que parecía inocuo, pero que trasladaba mensajes de dudoso valor. Lo único que podría mejorar estas campanadas en la Puerta del Sol es que Marty McFly apareciese gritando «¡Doc, tenemos que volver!», y el carillón fuese sustituido por el rayo del Delorean.