Cualquier tiempo pasado

Pedro Armas
Pedro Armas A MEDIA VOZ

OPINIÓN

Salas | EFE

16 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años, cuando preguntabas a un adulto joven ¿qué eres?, normalmente respondía con una profesión o actividad: agricultor, obrero, profesor, camarero, soldador, zapatero, comerciante, oficinista, estudiante, modista, viajante, futbolista... De hecho, entendía que querías saber a qué se dedicaba, qué hacía en su jornada de trabajo.

Sin ser conscientes, teníamos un planteamiento marxista de la existencia, marcado por la explotación laboral, los medios de producción y la pertenencia a un estamento. Entonces, éramos identificados por el trabajo y la clase social. Entonces, los partidos de izquierdas eran los partidos de la clase trabajadora. Luego vendría el progresismo. La estructura y la razón fueron dando paso a la coyuntura y a la emoción. La política se fue haciendo más fluida, más transversal.

Ahora, cuando preguntas a un adulto joven ¿qué eres?, a menudo responde con una etiqueta de identidad, sobre todo sexual: hetero, gay, lesbiana, bisexual, poliamoroso, no binario, trans, asexual, intersexual... O bien con una etiqueta de activismo en la vida real o virtual: influencer, animalista, diletante, ecologista, antisistema, feminista... Hoy en día lo importante es la identidad personal, no la identidad colectiva ni el gremio profesional.

Sería de abuelo cebolleta, o de utópico del 68, considerar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Hace años no éramos mejores, éramos más jóvenes. Hace años los inviernos no eran más fríos, éramos más jóvenes y pasábamos más horas a la intemperie. Tampoco la generación actual es mejor que la de antaño. Está bastante mejor preparada en cuanto al dominio de la tecnología y los idiomas, pero no mejor preparada para la toma de decisiones y la vida independiente, que, a diferencia de entonces, no constituye un objetivo. El mercado laboral les ofrece más puestos de trabajo, pero en condiciones precarias, no acordes con su titulación y formación. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, ni peor, fue anterior.