Pesadillas

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

18 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los traumas, la angustia o la tensión abrumadora pueden estar en el origen de muchas pesadillas, dicen los científicos, pero también las padecen personas sin traumas ni angustias ni tensiones especiales. De pequeño, mi gran pesadilla era la guerra: la soñaba todos los sábados por la noche, puntualmente. No sé por qué. Leo que la neurociencia moderna las explica casi como un defecto de diseño. Viene a decir que el cerebro funciona a toda velocidad a base de generar modelos predictivos. Por ejemplo, en la frase anterior, al llegar a la palabra toda los lectores habrán imaginado ya la siguiente: velocidad. Pero con independencia de la expectativa que haya generado, si lo he entendido bien, el cerebro contrasta ese modelo teórico con la realidad para asegurarse de que encaja. Y si en la frase de marras después de toda apareciera máquina en vez de velocidad, se limitaría a corregir la predicción. El problema con los sueños, dicen, radica en que, mientras dormimos, el cerebro sigue creando modelos predictivos aleatorios, random según mis alumnos, pero no puede contrastarlos, porque los sentidos están off y no le mandan datos de la realidad. Así que el pobre cerebro se queda encarcelado en sus bucles, disparatados casi siempre, que se transforman a veces en películas muy vívidas de terror opresivo, sofocante.

En la política ocurre lo mismo. Decimos, por ejemplo, que la Unión Soviética fue una pesadilla porque estaba organizada según un modelo predictivo en el que la conexión con lo real importaba poco y fallaba mucho. Y si advertían un contraste excesivo, forzaban la realidad y la mandaban a Siberia en vez de salirse del bucle ideológico.

Nos sigue pasando.

@pacosanchez