Setenta años de reinado no son nada

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

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05 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que la inmediatez y el impacto en las redes sociales han borrado del mapa la consideración por el trabajo bien hecho, con calma y profesionalidad, resulta no solo sorprendente, sino hasta incongruente, que una persona lleve ejerciendo una función desde hace más de siete décadas. Pero ese es el caso de la actual monarca británica. Nacida en 1926, primogénita del segundo hijo del rey Eduardo VIII, su destino no era llegar al trono de su país, pero, carambolas de la vida, la relación de su tío con una norteamericana divorciada acabó por provocar la abdicación de este y el ascenso al trono de su padre tan solo un año después de la muerte de su abuelo. Convertida en heredera cuando solo tenía diez años, a los trece le tocó vivir en primera línea los bombardeos de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. En 1947 contrajo matrimonio con Felipe de Grecia y, el 6 de febrero de 1952, la temprana muerte de su padre la convirtió en reina a los 26 años. Bajo la atenta tutela del entonces primer ministro Winston Churchill, iniciaría un trabajo que la ha ocupado siete décadas.

Isabel II de Inglaterra es la tercera de las grandes monarcas que ha dado su país. Heredera del legado histórico de Isabel I y de Victoria, las ha superado en longevidad. Aunque su reinado no ha estado exento de grandes dificultades, como la independencia de sus colonias, varias guerras, crisis económicas e incluso una pandemia, si algo lo ha caracterizado es la estabilidad. Catorce primeros ministros han despachado regularmente con ella sin que hayan trascendido sus opiniones políticas. Sin embargo, su vida familiar le ha dado numerosos quebraderos de cabeza.

Los fastos por su jubileo de platino en el trono, organizados en un país que ha sabido hacer de la monarquía uno de sus grandes atractivos turísticos, y los cuatro días de vacaciones han convertido este evento en una gran celebración a la que la anciana reina apenas ha podido asistir debido a su frágil estado de salud. Y es que, si setenta años de reinado son muchos, más lo son sus 96 de edad.