Nuevos espartanos

Carlos G. Reigosa
carlos g. reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

PAVEL KLIMOV | REUTERS

30 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El combinado metalúrgico de Azovstal era una de las empresas de laminación de acero más grandes de Ucrania. Tras la invasión de Rusia, este lugar se convirtió en el espacio heroico de una resistencia indomable por parte de los combatientes ucranianos. El Batallón Azov, cercado entre ruinas, no paraba de lanzar su inequívoco mensaje: «¡Estamos en Azovstal y seguimos peleando!». Mykhailo Podoliak, jefe de una delegación del presidente Zelenski, los comparó con «los espartanos en las Termópilas». Con toda la razón. Porque figuraban ser miembros de esa misma estirpe. 

Moscú sigue desparramando apremios sobre Ucrania e incluso ha amenazado a la vecina Finlandia con tomar medidas militares ante su próxima entrada en la OTAN. Está claro que lo de lanzar amenazas se ha convertido en la expresión más reiterada de Vladimir Putin y sus portavoces. Pero la realidad es que los países de la OTAN han decidido hacerle frente sin achantarse y respaldando otros ingresos en la organización.

Mientras, los nuevos espartanos de Ucrania siguen batiéndose en una lucha desproporcionada que, justamente por carecer de proporciones, puede promover más ayudas externas a su favor. Los excesos de Putin son difíciles de aceptar en una guerra tan desigual y desmedida. Porque Rusia tiene derecho a defenderse, sí, pero en su territorio. Las imágenes de una Ucrania martirizada no se sustentan en los argumentos políticos rusos. Por el contrario, son solo los abusos letales y las ansias de destruir un país valeroso lo que está en pie: una nación que no tiene capacidades militares para resistir ataques tan desproporcionados, por más que muestre una bravura espartana.

Cabe esperar que, por la propia naturaleza bélica de los hechos, todos quieran encaminar el conflicto hacia un punto final. Es una esperanza que parece asomar por encima de la belicosidad desatada. Pero aún no está despejado el horizonte. Porque Rusia no quiere cargar con algo que pueda llamarse derrota, y Ucrania empieza a contar con unos apoyos internacionales en fase de configuración, que podrían acabar por poner fin a tanta barbarie.