Los varones y el virus del papiloma humano

Fernando Moraga-Llop VICEPRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE VACUNOLOGÍA Y EX PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CATALANA DE PEDIATRÍA

OPINIÓN

iStock

08 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cataluña acaba de comunicar, y es la primera comunidad autónoma en hacerlo, la incorporación en el calendario de vacunaciones sistemáticas de la vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH) para los adolescentes varones de 11-12 años, que cursen 6.º de educación primaria. Se administrará en las escuelas a partir del curso escolar 2022-2023. Hasta ahora esta vacuna solo se administraba a las niñas de esa edad, estrategia iniciada hace ahora 15 años, y también a las personas pertenecientes a grupos de riesgo. De modo similar, hace ya muchos años, en 1988, la vacunación frente a la rubeola de las niñas para la prevención futura de la congénita se sustituyó por la inmunización de niños y niñas, una forma más lógica y eficaz de limitar al máximo en la población la transmisión de la infección por el virus de la rubeola.

La vacunación de los varones frente al VPH es fundamental por razones científicas basadas en la evidencia y para garantizar la equidad y la igualdad vacunal que debe existir entre ambos sexos. Esta vacunación se justifica por un doble beneficio. El primero de ellos es directo: la prevención del cáncer ligado al VPH, que no solo se limita al cáncer de cuello uterino (el primero en que se demostró una relación con la infección persistente por este virus en prácticamente todos los casos, y que es la neoplasia más frecuente), sino que protege también frente a otras localizaciones tumorales, algunas de ellas importantes en el hombre. Los cánceres de ano, pene, escroto, y los cada vez más frecuentes, sobre todo en el varón, tumores de cabeza y cuello o cáncer orofaríngeo (boca, lengua, faringe y laringe), también están ligados en una gran proporción al VPH. Además, no se dispone de un cribado efectivo de estos tumores en el hombre, como ocurre en la mujer con el cáncer de cuello de útero, con lo cual el diagnóstico suele ser más difícil y tardío. Otro grupo importante de enfermedades vinculadas a algunos tipos de VPH, las verrugas anogenitales, con un gran impacto clínico, difíciles de tratar y con un alto porcentaje de recurrencias, son frecuentes tanto en la mujer como en el hombre.

El segundo beneficio de la vacunación del varón es indirecto, y consiste en la disminución y el control de esta infección de transmisión sexual, la primera en frecuencia, que protegerá a las mujeres no vacunadas y a los hombres que tienen sexo con hombres no vacunados. Un verdadero beneficio poblacional y para la salud pública.

Hay que esperar y desear que el resto de las comunidades autónomas incorporen lo antes posible esta nueva estrategia preventiva: la vacunación frente al VPH en los niños, como ya se hace en otros muchos países.