Me estaba explicando por teléfono una situación profesional cuyo desenlace parecía poco claro. Le pregunté si había entrado en trepidación. Contestó: «¿Qué es eso?, ¿una web de ligoteo?». Me entró la risa, pero también un desconcierto terrible. El mismo que cuando leí que el Tribunal Supremo estaba a punto de prohibir el aborto en Estados Unidos, porque hay una mayoría conservadora por primera vez en cuarenta años y, encima, también por primera vez, se filtra un documento y se remueve un antecedente fijado por el propio tribunal. Y el caso es que el Supremo no prohibirá el aborto, sino que solo le permitirá a Misisipi tener una ley más permisiva que, por ejemplo, la francesa. Y sorprende que quienes ahora se escandalizan por la mayoría conservadora en el tribunal no se hayan extrañado antes de la mayoría progresista ininterrumpida durante cuatro decenios, en los cuales la minoría conservadora jamás filtró nada. Lo otro, que nunca antes se había modificado un precedente establecido por el tribunal, simplemente es falso. Más de trescientas veces falso.
Esta semana se noticiaron bastantes abusos a menores. A un tipo le cayeron setecientos años por abusar de unos cien chavales y violar a doce. A un condenado de Ourense le acusan ahora de violación de otra menor. Procesan a un concejal catalán por ese delito. Lo del jugador del Celta es un caso más en la lista de futbolistas condenados. Pero nuestra izquierda parlamentaria no quiere una comisión para investigar qué ocurre en el mundo del deporte, en el de los políticos abusadores, o que permiten abusos, o sobre el acoso a menores en las redes, la pornografía infantil o las webs de citas. Muy lógico y nada obtuso…
@pacosanchez