Llamad a Mortadelo

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

IBÁÑEZ

28 abr 2022 . Actualizado a las 13:05 h.

Más que delincuentes, el pillaje político local genera personajes de Mortadelo y Filemón. Es una ley constante de naturaleza transversal que se ha ido cumpliendo desde que los corruptos saltaron a las páginas de sucesos desde las del ¡Hola!, a cuya lectura deberíamos entregarnos con más perspicacia. Entre el glamur y el tafetán, hay muchas pistas que despreciamos, confundidos por el photoshop insolente y los pinchazos de hialurónico.

Veo a Ibáñez poniendo a la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) a perseguir a San Chin Choon por orden del Superintendente Vicente. Ese Luis Medina hijo de un noble innoble y una maniquí pizpireta encierra en sus carnes un tebeo o una silla en la mesa del marqués de Leguineche mientras Saza trata de vender sus interfonos.

Nuestras corrupciones son así. Hemos tenido yonquis del dinero, aeropuertos sin aviones, porsches que aparecen de repente en los garajes, dirigentes de la Guardia Civil en orgías con flotadores, presidentes autonómicos a los que una bruja gallega les pasaba huevos podridos por la espalda, madres abadesas que contaban billetes. En lugar de ser Berlanga el retratista de una forma entre chusca y grotesca de hacerse el español, son los pillos españoles los empeñados en ser personajes de Berlanga. Como si cada mañana al levantarse se proyectara en VHS La escopeta nacional y eligieran personaje.

En el año 2015, Francisco Ibáñez publicó El tesorero, la historieta 201 dedicada a sus particulares investigadores. Alguien ha vaciado la caja del Partido Papilar. El Súper encarga a Mortadelo y Filemón que vigilen a un tipo que hace la peineta y se relaciona con el Ministro del Peculio, Mamerto Rojoy y Demetria Costipal. En las páginas no aparece San Chin Choon. Pero debería.