Glaucoma, ocuparse sin preocuparse

Manuel Cordido OFTALMÓLOGO

OPINIÓN

Oscar Vázquez

10 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El día mundial del glaucoma es una toma de conciencia sobre una de las principales causas de ceguera. Pese a lo imponente de la palabra glaucoma, y de que la visión perdida no es recuperable, en la mayoría de los casos podemos detener la progresión de la enfermedad sin afectar a la calidad de vida personal. El deterioro de la visión suele ser lento y asintomático hasta que la enfermedad está avanzada, por lo que es importante su detección precoz.

El glaucoma consiste en una pérdida acelerada de las algo más de un millón de fibras que componen el nervio óptico, que conecta el ojo con la corteza cerebral, donde las señales se convierten en visión. Habitualmente existe un desequilibrio entre el líquido que se forma continuamente dentro del ojo (humor acuoso) y su salida restringida por una estructura llamada ángulo camerular. El consecuente aumento de presión dentro del ojo lesiona el nervio óptico; imaginemos una botella de champán en la que la presión daña el corcho, este punto vulnerable se correspondería con la salida del nervio óptico.

El glaucoma tiene distintas formas y abordajes, en Occidente la forma más frecuente es el glaucoma primario de ángulo abierto, casi siempre ligado al aumento de la presión intraocular, aunque puede darse con presión normal. En el glaucoma de ángulo estrecho, el iris cierra el ángulo de salida del humor acuoso. En estos casos puede haber cuadros subagudos o agudos con pérdida de visión, dolor, náuseas, vómitos y gran aumento de la presión en el ojo que precisa tratamiento urgente. Finalmente, existen otras causas de glaucoma como inflamación del ojo, uso de corticoides, etcétera. Particularmente frecuente en Galicia es la presencia de una entidad denominada pseudoexfoliación del cristalino, que requiere especial vigilancia.

La mejor forma de prevenir el glaucoma son los exámenes periódicos por el oftalmólogo. Para su diagnóstico no es suficiente con la toma de la presión intraocular, se requiere un examen más amplio que incluye el estudio del ángulo, nervio óptico, etcétera.

Muchas personas presentan determinadas condiciones, como el tener la presión intraocular alta, o antecedentes familiares que solo necesitan vigilancia por el oftalmólogo. Otros requieren tratamiento con colirios —cuyos efectos secundarios suelen ser leves— o incluso cirugía. El beneficio normalmente no es inmediato, por lo que son claves en el proceso la constancia y la colaboración entre médico y paciente.