Un gallego y la geometría

Pedro Armas PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

XOAN A. SOLER

08 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que hay democracia la derecha ha estado liderada, salvo algún lapso, por gallegos: Fraga, Rajoy, Feijoo. Nadie sabe cómo funcionará un gallego poliédrico en un momento de geometría variable. Dice Benedetti que «en la vida hay que evitar tres figuras geométricas: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas». Los triángulos amorosos son de la vida privada, pero los círculos viciosos y las mentes cuadradas son evidentes en la vida pública. En los ciclos largos de mayorías absolutas, las mentes cuadradas se sienten cómodas, pero cuando las mayorías son relativas, y pactar es inevitable, no asumen el concepto de pacto de legislatura o puntual a partir de la geometría variable. Menos asumen que no coincida la geometría de un pacto de Gobierno con la de uno autonómico.

Hablan de pluralidad en parlamentos y tertulias, pero a la hora de la verdad unos sacan a relucir lo común y otros lo diferente, unos la unidad y otros la identidad, cuando esta geometría no es cuestión de ángulos y cálculos sino de supervivencia. Y si se trata de pactar para sobrevivir, Sánchez aplica su manual de resistencia. Lo de la geometría variable arrancó con Zapatero, pero Sánchez lo ha perfeccionado. Puede pactar, según las circunstancias, con unos u otros, dejando la ideología a un lado. Algunos dirán que es errático, otros dirán que es pragmático. El pacto de los socios de Gobierno es frágil, porque Sánchez se entiende bien con Unidas y regular con Podemos. El pacto con ciertos partidos pequeños es voluble, y con los nacionalistas ha servido para la investidura, pero no para la reforma laboral, que necesitó un error y un pacto con Cs, que no le había apoyado ni en la investidura ni en los Presupuestos. Los pactos con la derecha catalana y navarra no le han salido bien. Sin llegar a pactar con la extrema derecha, el decreto para canalizar los fondos europeos se aprobó gracias a la abstención de Vox. La geometría de las sucesivas prórrogas del estado de alarma dependió de partidos que saltaron del sí a la abstención y al no... Si Feijoo quiere romper tanta geometría variable ha de definirse sobre otros dos pactos posibles: PP-Vox y PP-PSOE. Por ahora no lo va a hacer, que para eso es gallego y poliédrico.