A los 86 años María Galiana confiesa que le gusta decir las cosas sin envolturas, tal y como son. Y son, desde luego, como ella las relata. Si no han visto todavía la entrevista de Salvados con Gonzo denle al play y vean ese repaso que nos da desde la altura que solo tienen las personas honestas. Lejos de ser esa abuelita candorosa y tragacontodo que interpreta en Cuéntame, María se desmarca de la chochez que tanto mal hace cuando se cumplen años. Y en esa lección de la profesora que fue, ella ha colocado a todos los que forman parte de Cuéntame en su sitio, por si había duda de lo que son en realidad. Así, María ha hablado de su hartazgo de Herminia, a la que le debe el cariño del público, pero a la que no le importaría ver morir, y ha destacado la enorme valía de Juan Echanove y la injusticia que supuso su desaparición de la serie. De Imanol Arias y Ana Duato tampoco se ha escabullido, y aunque para ella son hijos en la ficción, fuera del plató
—ha dicho— no tienen relación. Y en una enumeración que merece la pena escuchar, uno por uno, Galiana ha ido desmadejando todos los temas que Gonzo le ponía delante sin ningún titubeo para demostrar, aunque no lo haya pretendido, que las grandes mujeres no son siempre las abnegadas madres y esposas que aguantan carros y carretas, y que a los 86, la lucidez no se pierde. «Jamás iría a MasterChef —contó Galiana—, me lo han ofrecido, pero ni loca».