¿Y Afganistán?

OPINIÓN

STR

07 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las catástrofes sacuden durante un tiempo —cada vez menor— a la opinión pública que, adicta a lo inmediato, enseguida vuelve a lo de siempre, a ocuparse y preocuparse por las pequeñeces que le afectan de manera directa cada día. ¿Para qué sirve, pues, tanta indignación?

Llevaba días pensando en ello cuando el jueves pasado la ONU decidió seguir sin reconocer al Gobierno talibán, de lo cual me alegro. Porque las promesas de los fundamentalistas de respetar los derechos humanos, incluidos los de las mujeres y la libertad de prensa, no solo se han evidenciado vacías de contenido sino simples mentiras con un único objetivo: acceder a los fondos depositados en la Reserva Federal de Estados Unidos y seguir beneficiándose de la ayuda extranjera.

Lo único cierto hasta ahora es que, tres meses después de que los talibanes se hicieran con el poder, el país se hunde en la más absoluta miseria y, con la llegada del invierno, el riesgo de hambruna para 23 millones de personas es real. «¿Cómo vamos a facilitar servicios si las organizaciones internacionales suspenden su ayuda?», preguntaba cínicamente el viceministro de Sanidad durante una reciente conferencia de prensa, tratando de proyectar sobre Occidente una responsabilidad que solo tienen los talibanes. Porque la respuesta no es más que una: respetando los derechos humanos de sus ciudadanos. Por eso se torna indispensable que los medios nos ayuden a mantener el foco de atención sobre Afganistán.