Varios países europeos obligan ya a sus ciudadanos a vacunarse so pena de multas, España opta por la voluntariedad

África González Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, considera que en España no es necesario obligar a la vacunación dada la elevada tasa de participación en las campañas oficiales; opta por convencer con argumentos a los que se resisten a pincharse, porque obligarlos, añade, provocaría más rechazo todavía a la inmunización.

Federico Martinón-Torres, coordinador y jefe del servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago, opina que tampoco es necesario que la vacuna sea obligatoria para la población en general, pero sí para los profesionales sanitarios, que trabajan cada día en contacto con pacientes.


Convencer siempre será mejor que imponer la vacunación

Durante esta pandemia, se ha demostrado la eficacia de las vacunas frente al SARS-CoV-2, y España está a la cabeza en lo que respecta a porcentaje de personas vacunadas, comparada con otros países de nuestro entorno cercano. Ante la escalada de casos, algunos Estados quieren que la vacunación sea obligatoria, mientras que los hay que optan, como España, por que sea voluntaria. ¿Debería obligarse a las personas a pincharse? 

España ha sido tradicionalmente un país donde las familias han vacunado a sus hijos en un porcentaje altísimo, cercano al 100 %. La concienciación de la gravedad de las enfermedades, la cercanía de los padres al personal sanitario de los centros de salud y hospitales, las campañas de vacunación, y la solidaridad (somos el país a la cabeza mundial en número de trasplantes), son algunos de los aspectos que influyen en esa alta tasa de vacunación de nuestro país. Y ahora con el covid ha sido igual, España está dando la talla.

Otros países que han optado por la obligatoriedad no han alcanzado los niveles de vacunación que nosotros tenemos, por lo que el mero hecho de obligar no necesariamente mejora los índices y puede volverse en su contra. La imposición suele verse con rechazo, repulsa y recelo, y conseguir exactamente el efecto inverso.

Otras medidas adoptadas incluyen restricciones a determinadas actividades, como es la necesidad de tener el pasaporte covid, no poder viajar sin una correcta pauta vacunal (EE.UU. obliga a tener dos dosis de vacuna aún habiendo pasado la infección, incluso en gente joven), no poder entrar a determinados locales de ocio, no poder trabajar en determinados empleos; o incluso medidas económicas (no deducciones en Hacienda para pagar posibles gastos sanitarios).

Vacunarse, para las personas mayores de 18 años, es una responsabilidad individual, que debe adoptarse voluntariamente. Creo que escuchar, asesorar y convencer es siempre mejor que castigar, obligar e imponer la vacunación.

Para potenciar la vacunación de los indecisos, además del pasaporte covid, que seguramente animará a algunos a pincharse, habría que intentar resolver todas sus dudas, y hacer campañas de concienciación, como a veces se realizan con los accidentes de tráfico. Es importante difundir los datos reales que hablan por sí solos, como los proporcionados por el Ministerio de Sanidad (actualización 509 del 23-11-2021) de las últimas semanas y que mi amiga la inmunóloga Carmen Cámara del hospital de la Paz de Madrid preparó en gráficos. De ellos se deduce que la mayoría de las personas hospitalizadas en uci o fallecidas por covid no estaban vacunadas.

La vacuna funciona, protege de hospitalización, gravedad y fallecimientos, sobre todo a las personas de más edad. Esto es un hecho.

Tenemos uno de los fármacos más baratos y solidarios, basado en la ciencia, que salva vidas. Y estamos ante una necesidad global.

Autor África González Fernández Catedrática de Inmunología, CINBIO, Universidad de Vigo.

A los profesionales sanitarios, sí hay que obligarlos a vacunarse

Las vacunas contra el covid evitan eficazmente la enfermedad grave, pero no tanto la infección. Eso sí, si estás vacunado, es menos probable que te infectes, que contagies a otros y, sobre todo, que enfermes gravemente y te mueras, independientemente de cuál será la variante del virus que predomine. 

La información clara y honesta y la educación son las claves del éxito de cualquier campaña vacunal. Más aún, la educación, ya desde la infancia, sobre los valores que la vacunación tiene, constituye la única manera de evitar que se pueda llegar a situaciones como la de los países vecinos. Pero cuidado, porque no somos impermeables a lo que pasa a nuestro alrededor y todas las precauciones son pocas. La obligatoriedad de la vacunación que han tenido que adoptar ya muchos países cercanos es siempre una medida desesperada, de rescate, temporal, a la que nunca debería ser necesario llegar. Los países que toman estas medidas están en una situación límite. Aún así, en Galicia, que somos líderes nacionales en coberturas vacunales frente al coronavirus, fuimos pioneros en contemplar legalmente la posibilidad de hacerlo obligatorio, y eso que hay pocos sitios en el mundo en los que se esté haciendo mejor en términos de vacunación. Y es que más vale ser precavidos y estar preparados. Ahora bien, con nuestras altas coberturas, no tiene sentido planteárselo en el momento actual, ni con ómicron ni con ninguna otra variante.

Si hablamos de la vacunación de profesionales sanitarios, la cosa es diferente. Eres libre de no ponerte el casco, pero no de trabajar en una obra sin él. Me parece bien que creas que no es necesario sacar el carné de conducir, pero no puedes llevar el coche sin tenerlo. Respeto que no quieras vacunarte, pero no puedes trabajar en una residencia de personas mayores o con pacientes en un centro sanitario si no te vacunas. O así debería de ser. En nuestro medio es una minoría, afortunadamente, pero los colegios profesionales y las autoridades sanitarias deberían ser firmes y ejemplarizantes en estos casos.

Ómicron, al final será, o no, tan fiera como la pintan, pero nos recuerda que la pandemia aún no ha terminado, y no lo hará mientras la vacunación no llegue a todas partes. Lo que no varía es lo que tenemos que hacer: protegernos, y proteger a los que nos rodean, con las vacunas como eje central, pero teniendo en cuenta el resto de normas y medidas, que forman parte del compromiso y responsabilidad individual que todos tenemos, por estar en una pandemia, y para poder salir de ella.

Autor Federico Martinón-Torres Coordinador y jefe del servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago
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¿Debería ser obligatorio vacunarse contra el covid?