Ayuso, muy crecida

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

miguel angel molina

22 nov 2021 . Actualizado a las 09:12 h.

Arrasó en las elecciones gracias sobre todo a su peculiar interpretación del concepto de libertad en plena pandemia, que consistía, grosso modo, en la posibilidad de que los madrileños fueran de cañas, no como en otras comunidades. Desde entonces, Isabel Díaz Ayuso está crecida, muy crecida, increíblemente crecida, y ha planteado a Pablo Casado una auténtica guerra civil, que perjudica los intereses electorales del PP, como ya muestran las encuestas. Quiere presidir el PP madrileño a toda costa —en eso tiene razón— y, además, marcando los plazos para la celebración del congreso que la entronice. Pero su desafío va in crescendo. La pasada semana salía a defender a Cayetana Álvarez de Toledo después de que esta hiciera una gira mediática poniendo a caldo a Casado y su lugarteniente, Teo García Egea. Mientras ella iba una vez más por libre, compañeros de partido pedían a la díscola exportavoz que dejara el escaño. Pero su desparpajo no tienen límites. La lideresa que proclama que Madrid es España se plantó en el cónclave de los populares andaluces y, haciendo gala de una condescendencia insultante, se permitió aconsejar a Juan Manuel Moreno Bonilla, un veterano de la política curtido en mil batallas, que sea libre y convoque elecciones cuando quiera y no acepte las imposiciones de Génova. La contestación del presidente de la Junta fue contundente. Casado, ayer, fue más allá y dijo que «esto no es un talent show de megalomanías». Pero de nuevo Ayuso logró que se hablara de ella. A la presidenta ya solo le falta ir a Galicia e impartir lecciones a Feijoo de cómo ganar elecciones por mayoría absoluta. Es capaz.