Tiempos centrípetos. ¡A correr!

Nieves Lagares MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS DE LA USC

OPINIÓN

Marcos Míguez

14 nov 2021 . Actualizado a las 10:14 h.

Hace meses que planteamos que el tiempo de la competición centrífuga se está agotando; que la izquierda está notando ya una nueva tendencia centrípeta y que la derecha empezará a percibirla en los próximos meses. La razón es sencilla. A medida que te acercas a los extremos, las opciones de confluencia se limitan y el entusiasmo que condujo a esas posiciones se diluye ante la incapacidad de formular políticas públicas propias.

 En las proximidades de los extremos solo puedes ser soporte de una opción política más centrada; y para estar limitados a ese papel, muchos ciudadanos prefieren votar ellos mismos a esas opciones políticas. De ahí el enorme esfuerzo que hace Podemos para que se visibilice su protagonismo gubernamental.

Solo asumiendo la importancia de este retorno a la competición centrípeta se entiende lo que ha pasado en Galicia con los partidos de oposición en la última semana. Después de la tensa orientación a la izquierda que ha mostrado el partido para elegir a Pedro Sánchez en Madrid y a Gonzalo Caballero en Galicia, ahora van los militantes y se deciden por el secretario general que más querencia ha tenido por el centro político desde Paco Vázquez.

Quizás esa sea la única dirección posible, pero no basta; porque Galicia no es la simple adición de localismos, no se construye desde el municipalismo. Galicia tiene entidad propia y requiere ser interpretada desde esa identidad. El PSdeG necesita construir un modelo que aúne las dos cosas y que hace mucho tiempo que no tiene.

Y cuando parecía que este movimiento del PSdeG iba a dejar al BNG como único habitante de la izquierda, va la señora Pontón y comienza a correr hacia el centro y a buscar el cara a cara con Feijoo, sin intermediarios. Porque de eso se trata, de no tener al PSdeG entre el PP y el BNG y, para ello, el nacionalismo ha renunciado al independentismo, apoyado en una forzada lectura soberanista que se articularía desde un modelo confederal o incluso simplemente federal.

No es la primera vez que el BNG plantea cosas parecidas; la necesidad de ampliar la base electoral para llegar a Monte Pío ya se puso encima de la mesa en la IX Asamblea, en febrero del 2001, pero de una forma bastante más timorata; y es que a Beiras no le daba la cintura para correr en dirección al centro.

La propuesta de Pontón es más sólida y aparece en un momento en que todos, también la derecha, están realizando propuestas con una clara vocación federal. Lo que ocurre es que, apenas profundice un poco, se encontrará con las contradicciones que existen entre los modelos de corte federal y las lógicas primordiales nacionalistas y tendrá que encontrar la forma de salvarlas.

Cuando en el 2001 el BNG trató de ampliar su electorado vino Touriño y frenó en seco el supuesto avance. Desde la semana pasada todos corren hacia el centro; los actores son diferentes, pero los tiempos vuelven a ser centrípetos. ¡A correr!