Estamos vendidos

Manuel Blanco Desar ECONOMISTA

OPINIÓN

LUDOVIC MARIN / POOL

01 nov 2021 . Actualizado a las 05:01 h.

Ducha, calentita y diaria. Nuestros ancestros la desconocieron. Ni Felipe II pudo soñar con ella, aunque sobre su personal imperio jamás se pusiese el sol. Uno mismo rememora con rubor el baño del sábado, con su madre recordándole que el butano no se regalaba.

Muchas de nuestras duchas vienen de Argelia, igual que nuestra calefacción. Antes tirábamos de lareira o brasero. Estos avances nos hacen la vida llevadera, incluso agradable. Así es más fácil meditar sobre los derechos del hámster y pronto hasta de los mosquitos. Pero que no nos molesten con los problemas de los argelinos, de sus líos con los marroquíes y sus piques con los libios. Lo malo es cuando llega la factura. Ahí te quiero ver.

Este excurso viene a cuento de la factura de la luz. El Gobierno tendrá algo de culpa, cómo no, pero no toda la culpa. Populistas, abstenerse. La realidad es que los europeos no somos autosuficientes en energía y, mientras, estaremos vendidos a quienes la ofrecen -generalmente pobres Estados fallidos- y a otros que pueden pujar por ella.

Francia es el único gran país de Europa verdaderamente adulto en este campo. Le ha costado sangre desde 1870, pero ya ha madurado. Tampoco es autosuficiente en energía, porque sus numerosas centrales nucleares dependen en gran medida del uranio procedente de Níger. Por eso tiene miles de soldados en Mali y Chad, además de en Níger, y agentes de inteligencia en toda la región, desde Senegal hasta la República Centroafricana. Las élites republicanas galas no se dedican al flower-power ni a los derechos de los mamíferos y mamíferas. Eso nos salva cuando hay que engancharse a la red gala para que funcione la lavadora.

Esta crisis energética hay que abordarla mediante una estrategia europea. A estos efectos, España es como si fuese la Diputación de Huesca: pinta poco y además está a otras cosas que no son de adultos maduros. Tenemos que ir hacia la independencia energética de la Unión a costes razonables, apostando por mejor ciencia y tecnología. Otros problemas vendrán, como qué hacer con la población de los países extractores de materias primas y carentes de otras fuentes reseñables de ingresos.

Perspectiva. Eso nos falta. En 1945, el Gobierno provisional del general De Gaulle creó el Commissariat à l'Energie Atomique (CEA). En los 60 comenzó a recoger los frutos, de los que gozaron Mitterrand, Chirac, Sarkozy, Hollande y Macron, además de todos los franceses y francesas, con perdón de Hélène Carrère d'Encausse, secretaria perpetua de l'Académie française.