Polonia provoca, prudencia en la Comisión

Luis Grandal
Luis Grandal PERIODISTA Y PROFESOR DE PERIODISMO INTERNACIONAL EN LA UNIVERSIDAD CARLOS IIIPERIODISTA Y PROFESOR DE PERIODISMO INTERNACIONAL EN LA UNIVERSIDAD CARLOS III

OPINIÓN

Javier López

01 nov 2021 . Actualizado a las 09:15 h.

Desde 1957, año en que se firmó el Tratado de Roma, dando lugar al nacimiento de una Europa comunitaria, han sucedido muchos avances en la integración. Pero como suele suceder, es cuestión de ver la botella medio llena o medio vacía. Depende del grado de optimismo o de pesimismo de cada cual. De cinco países fundadores hemos pasado a 27 y otros están a la espera como Serbia, Montenegro, Moldavia, Ucrania o Georgia. Turquía, que lleva pidiendo el ingreso desde los años 70 del siglo pasado, se aleja cada vez más bajo el régimen autoritario de Erdogan. Es cierto que en unas áreas se ha avanzado más que en otras como la integración económica o la agenda social, pero queda todavía mucho por hacer. Les recuerdo que el 65 % de las leyes y las normas que se aplican en España provienen del acervo comunitario y el 35 % corresponden a las que promulga el Gobierno español, las comunidades autónomas y los municipios.

Personalmente quiero ser optimista y confío en el futuro de la UE. En mi último artículo decía que Europa solo se mueve con las crisis. Ahora estamos en medio de una tormenta seria que nos debe preocupar y ocupar. Me refiero a la crisis que ha desencadenado Polonia, que solo apoya Hungría, en la cuestión judicial. Por resumir: Polonia defiende que su Tribunal Constitucional (su soberanía) está por encima del Tribunal de Justicia de la Unión. No es una cuestión baladí. Aquí se plantea el principio ultra vires, es decir quién tiene la auctoritas y la potestas en última instancia. El brexit se debió en parte a este principio. Pero los polacos están divididos. Bien es cierto que mayoritariamente quieren ser comunitarios. Lo que sucede es que en el país gobierna con mayoría absoluta el partido Ley y Justicia, ultranacionalista, proteccionista y conservador, que lidera Mateusz Morawiecki. Enfrente tiene a Donald Tusk, de la Plataforma Cívica, liberal -conservador, al que apoya, por cierto, uno de los fundadores de Solidarnosc, el mítico Lech Walesa-. Tusk es el actual presidente del Partido Popular Europeo.

La cuestión ultra vires no es la primera vez que hace saltar las alarmas jurídicas en la UE y tampoco será la última. La última vez la planteó el Tribunal de Karlsruhe (Alemania), en el 2020, con la cuestión de la compra de deuda soberana por parte del BCE. La sangre no llegó al río. El armazón jurídico comunitario lleva su tiempo, por eso se avanza más con las crisis. Polonia y Hungría siempre han sido díscolas. Lo que sucede es que antes tenían el paraguas del Reino Unido y ahora no. Europa camina, según los indicios, hacia una estructura federal. ¿Cuánto costó hacer los Estados Unidos de América? La armonización jurídica y fiscal tardó 200 años, con una guerra civil por medio. Es impensable que los estados legislen contra las instituciones de Washington. La Comisión Europea está siendo prudente -el Parlamento es más beligerante- y nadie quiere aplicar el artículo 7 de los Tratados que puede acarrear perder el derecho de voto en el Consejo o el bloqueo de los fondos. Y estas son palabras mayores.