Robots con forma de perro

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Oscar Vázquez

30 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A nduvo estos días por Vigo un robot con forma de perro exhibiendo las maravillas de la ciencia, que avanza una barbaridad. Al bicho ya le han encontrado multitud de posibilidades, pero hay vacilaciones a la hora de darle nombre. El que se emplea más frecuentemente es perro robot, pero hay otras propuestas.

Se le ha llamado, por ejemplo, droide, que podría ser un acortamiento de androide, aunque más parece una adaptación del inglés droid, abreviación a su vez de android que se creó en los años cincuenta para dar nombre a los robots con apariencia humana. Con el tiempo se fue aplicando a otro tipo de robots, casi siempre en el mundo de la ciencia ficción, principalmente en el universo de Star Wars: droides astromecánicos, droides araña, tanques droide, etcétera. Actualmente se emplea el término droide en el mundo de la robótica ajeno a la ficción. Sin embargo, aún no ha entrado en los diccionarios.

Robot y el no muy necesario droide son demasiado genéricos como para emplearlos como nombres de los perros robot, pues valen tanto para estos como para cualquier artilugio electrónico capaz de realizar operaciones y movimientos diversos. Perrobot se lo han apropiado en La patrulla canina para el perro robot del equipo de cánidos que protagoniza esa serie de dibujos animados. Es también el apelativo de otros juguetes y personajes de cuentos infantiles.

Algo nuevo como es un robot con apariencia de can pide un nombre nuevo. Quizá pueda formarse con un término que equivalga a perro y un elemento compositivo que signifique ‘parecido a’. Este pude ser -oide, que aparece con ese sentido en humanoide, el robot o el ser con características propias de un humano, y en androide, autómata de figura humana. Para formar voces como la que se busca suele recurrirse al latín o al griego, como se ve en androide, del griego andrós ‘varón’ a través del latín androides. En el caso del perro, el griego ofrece kynós ‘perro’, que en latín se convierte en cino-, como en cinología, ‘estudio de los perros’, y can, de canis, cuyo significado perciben mejor la mayoría de los hablantes. De la unión de este con -oide sale canoide. Pero hay quien construye el nombre con can y androide y crea candroide, al que encontramos en el relato El candroide justiciero.

Ante tal dispersión de propuestas, habrá que esperar a que se pronuncien los cinólogos... si algún día llegan a reconocer como perros a esos chuchos metálicos.