Nacido en Ourense, claro, el dos de agosto del 69, Leo del zodíaco. Dicharachero, con apariencia de dinámico e hipervitaminado como un dibujo animado, así es Gonzalo Pérez Jácome; y yo de mayor quiero ser como él. No lo detienen ni se detiene. En ebullición y de sangre caliente, como el agua de As Burgas, se ha reinventado un millón y medio de veces. Estos personajes que se convierten en su caricatura, que lo que ofrecen es, con descaro, su meme, son muy difíciles de aparcar en estos tiempos de vértigo.
Ahora dice que va a convertir a Ourense no existe en Teruel existe. Amenaza con presentarse a las generales y a las autonómicas. Ojo, con sus más de diez mil votos, si los estira, puede dar disgustos importantes a las marcas consolidadas de PP, BNG y PSdeG.
Por supuesto, como siempre, el paso lo da por Ourense, que no existe. Que, según él, no aparece en las cuentas del Estado ni en las de la Xunta. Lo ha calificado de «discriminación perpetua». Y él, con sus tres ediles, no es un él más. Él es el señor alcalde de una de las ciudades más importantes de Galicia.
A este ritmo de atleta, le va el atletismo, lleva carrera de conseguir lo que ya dijimos de que, con el AVE, la capital de Galicia se puede desplazar de Santiago a Ourense. Ourense será la referencia de los gallegos para ir a Madrid en un AVE de verdad, poco más de dos horas. El ombligo de la comunidad. Pero aquí estamos para hablar de otro ombligo, el de Jácome, de culo inquieto. Expulsado de un colegio y un instituto de chaval, los Maristas y el instituto As Lagoas, Jácome es experto en resurrecciones.
No se lo tomen a broma. Jácome, gracias a que se lo toman a broma, ha terminado por jubilar al que fue conselleiro de Educación, el popular Vázquez. Heredó la tienda familiar Jolper de instrumentos de música, y convirtió su biografía de caja de música en caja de sorpresas. Conocido por participar como corredor en la subida por las escaleras del Empire State -«reventé como una castaña», lo dijo él mismo en La Voz-, 1.800 escalones, luego organizó la escalada al hotel Bali de Benidorm, el récord de subir escaleras en España, 900 peldaños. Creó una televisión en la que se reía en Planeta Baltar de Baltar padre. Ahora se entiende con Baltar hijo y con quien haga falta.
Jácome ha ido medrando porque nadie lo tomaba en serio. Es una fábrica de titulares. Multa de la Policía Local al coche del alcalde, el suyo, cuando empezaba a ejercer como tal. Aparición por sorpresa en la entrada de los funcionarios para ver si fichaban o no a su hora. Descubrió, oh, que llegaban tarde. Y ahora anuncia la operación Ourense existe que no es más que la operación Jácome quiere seguir existiendo. Mientras, demasiados políticos pactan con él pensando que están cerrando un acuerdo con un chiste, con un ser inexistente, que resulta que, al final, manda tanto o más que ellos, vamos, regular. Su denominación de origen, DO, es Democracia Ourensana. Continúen rumiando que están ante un cómic. ¿Quién va ganando? Victorino Núñez y Centristas de Galicia tenían la respuesta.