No es habitual que Netflix haga públicos los datos que revelan cuánta gente hace clic en cada una de sus obras. Sus datos son privados. Por eso es relevante que la plataforma haya comunicado ahora cuáles son sus títulos más vistos por número de suscriptores y por horas de visionado. En las dos listas, Los Bridgerton es la serie reina, lo que convierte a Shonda Rhimes en su creadora estrella. Alguien capaz de atraer a clientes de todo el mundo y hacerles consumir un producto durante 625 millones de horas se transforma en el mejor de los fichajes para cualquier cuenta de resultados. Con el criterio de rentabilidad en la mano, la autora de Anatomía de Grey y Scandal gana por goleada a Ryan Murphy, otro rutilante guionista contratado por la compañía, que no logró este fervor de masas con Hollywood ni The Politician.
Shonda ha dado con la tecla de lo que el público espera encontrar. Un poco de ficción época, actores atractivos, cuarto y mitad de romance y armarios repletos de vestuario bonito. Una fórmula que muchos encuentran artificiosa, pero de eficacia indiscutible para un modelo, el del streaming, cuyo éxito reside en ganarse el compromiso de los abonados. Cuantas más horas de visionado, menos probabilidad existe de que el usuario decida darse de baja antes de que llegue el cobro de la siguiente cuota.