Durante unas semanas, brillaba un espejismo cegador de compromiso, de una cadena que había decidido poner en prime time la denuncia social. Ahora se ha demostrado que era solo una ilusión, la quimera de que la audiencia (el dinero) no era su principal motivación. Que en este canal todavía quedaba una mínima gota de dignidad. Pero llegó esta semana y con ella, otra demostración de que por el espectáculo todo, cualquier cosa, desde un talent show hasta que toda la parrilla de la semana sirva al único propósito de hurgar en la intimidad.
Sofía Cristo cuenta en directo que a los 5 años fue víctima de abuso sexual. Allí estaba su madre, que delante de una cámara, descubría un hecho de tal calado que sobre todo, ante todo, no debería servir como una carnada espectacular. Pero lo fue. Porque la máxima es siempre cebar. Antes del programa, durante el programa, después del programa, cuando una confesión tan dura como valiente fue convertida en carroña por espacios que se dicen de lujo y que siempre han adolecido de una impresionante falta de sensibilidad.
Sin contexto, sin respeto, sin aportar nada más. Solo el espectáculo de una víctima siendo valiente y una madre rompiéndose bajo los focos al escuchar una confesión brutal. Y después voces hablando de lo que no saben para subir las audiencias una vez más. No es más que carroña para los buitres lo que una vez se disfrazó de compromiso social.