Es cierto que hoy es difícil encender la televisión y no encontrarse con un famoso haciendo de las suyas, en esta moda de atraer a la gente conocida a los realities. Lo vip es una categoría más en la parrilla que ha hecho que las celebrities participen en cualquier sarao. Yo a Terelu ya le he visto concursando en Mira quién baila, en Gran Hermano, haciendo de sí misma en Las Campos, la he visto como colaboradora de Sálvame y Viva la vida y ahora también me la tragaré en Masterchef. Y es solo un ejemplo. Pero el talent culinario ha apostado por la hija de María Teresa Campos en una edición en la que no vuelven a faltar actrices, cantantes o presentadores para animar a la audiencia. Como Victoria Abril, que es en esta edición todo un reclamo después de que confesase que la falta de trabajo durante la pandemia la sumió en una depresión de la que la salvó la cocina. Ver a los famosos sudando como pollos ante los fogones mientras rebozan el pescado tiene ese regocijo de apreciarlos tan inútiles como cualquiera, en un chupchup que el espectador devora aunque le den las dos de la madrugada. Ese es uno de los secretos de Masterchef, que se aliña con figuras televisivas de lo más diversas y así, entre el rapero Arkano y la incombustible Carmina, la madre de Paco León, se guisan a una audiencia ávida de salseo. Los famosos nos comen.