Encuentros en la tercera dosis

Pedro Armas
Pedro Armas PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

BRENDON THORNE

09 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de cuarenta años nos creímos los Encuentros en la tercera fase porque las abducciones contadas por Spielberg combinaban realismo y fantasía en la dosis justa para una sociedad española en transición, dispuesta a todo, a estrenar la democracia, a asumir tanto el consumismo como el comunismo. Aparecían un escuadrón aéreo de la Segunda Guerra Mundial intacto en el desierto de Sonora, un buque mercante en el desierto de Gobi y ovnis por doquier. Nos encantaban aquellos encuentros.

Décadas después, para vacunarnos contra un virus volador no identificado hemos tenido encuentros en largas colas con coetáneos de nuestra cohorte de edad. Mirando de reojo, intentábamos verificar si, en apariencia, estábamos mejor o peor que la mayoría; si la evaluación resultaba positiva, ni notábamos los efectos secundarios de la vacuna, porque tal vez la vacunación, como el fútbol, fuese un estado de ánimo. Tras la doble pauta, ya con un certificado que nos abre de nuevo las puertas del consumo, cuando nos sondean sobre una tercera dosis no nos mostramos tan animados. No son los felices setenta; son tiempos de doble crisis, económica y epidémica; malos tiempos para la ciencia ficción.

Mientras en los países pobres apenas ha comenzado la aplicación de la primera dosis, en los países ricos avanza la segunda y ya se piensa en la tercera. La Agencia Europea del Medicamento todavía no la recomienda, pero algunos países ya están garantizando el suministro y algunas multinacionales farmacéuticas ya están calculando el beneficio. Desde el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España se ha dejado caer la posibilidad de una tercera dosis, aunque los epidemiólogos aconsejen rematar la doble pauta de los jóvenes y, si acaso, reforzar la vacunación de los mayores con sistemas inmunitarios debilitados. Pasando por alto las responsabilidades legales del Gobierno y de las farmacéuticas, lo más probable es que seamos abducidos y volvamos a tener encuentros en la tercera dosis.