Entre retos y espejismos

Nieves Lagares MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIÓNS POLÍTICAS DE LA USC

OPINIÓN

05 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Terminó el verano, los niños vuelven a los colegios, los periódicos tienen noticias y por fin nos acercamos más a la normalidad tradicional, aunque cada vez más conscientes que tardará en volver a ser lo que fue. Feijoo le ha recordado a Casado que la estrategia del PP pasa por recomponer la derecha. Lo que no le ha dicho es que cuando un espacio político se fragmenta, el retorno de los disidentes nunca es completo.

El presidente de la Xunta juega con el tiempo electoral, las elecciones generales serán en el 23 y las gallegas en el 24, y eso le permite observar el recorrido de Casado. Y en eso Feijoo es insuperable, no comete errores, es institucional, sensato en sus declaraciones, genera tranquilidad a sus votantes.

Pero tras cuatro éxitos electorales y doce años de presidente de la Xunta ¿cuáles son los cambios de Feijoo en Galicia? Esa es su asignatura pendiente, construir su legado; porque no basta con ganar elecciones. Fraga construyó una idea de la Galicia en la que creía, Feijoo tiene un relato sobrio, institucional e incluso emotivo, pero al mismo tiempo efímero, coyuntural e intrascendente. Fraga cambió la Galicia que recibió, Feijoo no. Ese es su reto para el nuevo curso, arriesgar, trazar verdaderos cambios que permanezcan en el futuro de Galicia. Porque Galicia necesita cambios de futuro, no solo administrar el presente. Y después, veremos qué pasa con Casado.

El reto de Ana Pontón está dentro del partido; superar los límites del BNG, construir la nación sin el corsé nacionalista, salir de la nación una y unívoca para llegar a una nación plural, diversa y compartida. El reto de Ana no es solo organizativo, es rehacer un modelo identitario que tenga sentido en la Galicia del Siglo XXI, que ya no puede construirse contra España sino con España.

El BNG tiene que decidir si quiere llegar solo a los que se sienten exclusivamente gallegos o a los que se sienten gallegos y españoles a la vez; con los primeros nunca gobernará Galicia, para los segundos, tendrá que construir una nación inclusiva y compartida. Tiempo de reflexión; y esperemos que de inflexión, también.

Y mientras tanto, en el PSdeG de Gonzalo Caballero las candidaturas al congreso federal no serán, salvo en Ourense, motivo de disputa, y mostrarán el momento de mayor unidad del partido en los últimos años. Pero será un espejismo; el PSdeG tiene que afrontar un nuevo ciclo político, orgánico e institucional, y las espadas están en alto. El reto de Gonzalo Caballero pasa por construir un proyecto compartido para Galicia, que el PSdeG solo tuvo con Touriño. Antes y después, el PSdeG ha sido siempre un partido de liderazgos municipales, y fragmentado por la propia dispersión de sus liderazgos.

La carrera del PSdeG se parece al juego del gallina; el que se pare primero pierde, pero si no se paran, se matan todos. Quizás, mejor, no empezar a correr…