Sánchez pierde la calle

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OPINIÓN

Chema Moya

29 ago 2021 . Actualizado a las 16:11 h.

Sánchez pierde la calle

Pedro Sánchez va perdiendo poco a poco la calle. El abucheo que protagonizó el jueves en Navalmoral de la Mata (Cáceres) fue clamoroso, pero no el único. Ya en la reciente cumbre de presidentes autonómicos de Salamanca tuvo que recorrer en coche un trayecto previsto en principio para ser realizado a pie precisamente por eso: por el riesgo de ser increpado por las calles. La verdad es que es poco menos que inaguantable escucharle cómo reclama a la oposición dejar el enfrentamiento y la crispación cuando él no predica con el ejemplo y viene siendo maestro en tales malas artes. No hay más que recordar intervenciones suyas en el Congreso (cuando excepcionalmente comparece). O la carta que a principios de verano dirigió a la militancia socialista, con duras descalificaciones al PP, impropias de un presidente del Gobierno por muy secretario general del partido que sea. Sánchez ha mentido tanto, desaparecido tanto a conveniencia personal y hecho tanta autopropaganda barata y gratuita, que no es de extrañar que vaya perdiendo la calle. Marcos Ferreiro Torres. A Coruña.

Fracaso intragable

La suerte que tenemos es que los talibanes no son expansionistas. No son Al Qaida, no son el Estado Islámico, ni nada de eso. Como es normal necesitan dinero de forma imperiosa, por lo que se puede sacar algún beneficio para la población civil. Y a partir de ahí socavar el poder talibán con hospitales, escuelas, etcétera. Sin olvidar que algunos países para tener paz en los territorios que tenían que apaciguar pagaban a los señores de la guerra locales para que les dejaran hacer, con lo que fomentamos esa guerra, ya que detrás del dinero corrían las armas. ¿Es que nadie leyó el mantra que al principio de este sin propósito querían poner como bandera si vencían, que no era otra cosa que Afganistán era inconquistable? Pues por enésima vez lo consiguieron y siguen libres. ¡Si a esto se le puede llamar libertad! Andrés Nidáguila Casal. Pontedeume.

Nunca nada es suficiente

Diez euros al día, 50 a la semana, 200 al mes. Es lo que me ahorro desde que el viaje de vuelta de la autopista es gratis. Eso me lo ahorro, pero también me gasto otro tanto, pues eso es lo que cuesta viajar cada día entre Vigo y Santiago. Sigue siendo un dineral para mi maltrecha economía. Para que la concesionaria de la AP9 siga llorando por todas las esquinas porque lo que gana nunca es suficiente. Flora Piñeiro. Moaña.