Agujeros de gusano

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

XXX

04 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la teoría de la relatividad, Albert Einstein mostró en 1905 que las medidas del espacio y del tiempo dependen de la velocidad de quien las mide. En 1908 un profesor suyo se dio cuenta de que, al ser eso así, es necesario que tanto el tiempo como el espacio sean tratados del mismo modo. Dado que en nuestra vida normal describimos el espacio en tres dimensiones, al sumar el tiempo nos queda que el Universo debe ser descrito con cuatro dimensiones, el llamado espacio-tiempo, que escapa a nuestra intuición.

Supongamos que fuésemos seres que viviésemos en un plano, que solo nos pudiésemos mover en dos dimensiones. Si quisiésemos ir de una esquina a otra de una hoja de papel, tendríamos que atravesarla. Pero si ese papel se doblase y las dos esquinas se tocasen, podríamos ir de una a otra casi sin desplazarnos. La pregunta es, ¿podría el espacio-tiempo doblarse de modo análogo para movernos muy lejos en el Universo? Si eso pudiere ocurrir, el atajo sería lo que la física conoce como agujero de gusano, que en principio sería un lugar hostil en el que estaríamos sometidos a fuerzas que nos despedazarían. Pero ahora una nueva teoría apunta a que podrían darse agujeros de gusano con el hueco suficiente para ser cruzados por un humano, y además bajo fuerzas soportables. De este modo podría hacer un viaje intergaláctico en segundos, aunque habría un problema: el tiempo del viajero no sería equivalente al nuestro. Al volver, descubriría que en la Tierra habrían pasado miles de años.