En el país de los ciegos

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Juan Carlos Hidalgo

21 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Isaías lo afirmó en numerosas ocasiones, pero no fue el único. Sin embargo, Isaías era un insistente. «En aquel día los sordos oirán las palabras de un libro y, desde la oscuridad y desde las tinieblas, los ojos de los ciegos verán». Después vino el refranero, que dijo aquello de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Y como todos somos tan progresistas, o sea, que vamos siempre hacia adelante, no tenemos la paciencia para detener el curso de nuestra vida y mirar atrás. He dicho muchas veces que en estos tiempos lo más revolucionario es ser conservador. Aprender del pasado para no cometer los mismos errores. Pero no. Lo nuestro es el progresismo activo. He visto uno de los últimos vídeos del Partido Popular. Y me eché las manos a la cabeza. Si lo hacen los de Sánchez y Redondo y Caballero, no cambiaría un ápice. «Creer. Crear. Creemos. En las personas, en las familias, en las pensiones justas, en el empleo..., en la concordia, en Europa, en las oportunidades para todos... en un mundo sostenible... en el progreso». Siempre hay un socialista en todas partes. Era la aseveración intrínseca de Camino de servidumbre, un texto que escribió Friedrich Hayek hace más de setenta años. El espacio de una columna no da para explicar una obra tan elocuente. En todo caso, valga el libro para mi argumentación. Está traducido a más de veinte idiomas y va dedicado «a los socialistas de todos los partidos». Creer, crear, mundo sostenible, progreso, etcétera, etcétera.

  El PP sigue haciéndole la ola a Sánchez, aunque no lo parezca. Si no fuese así, se centraría en lo que en verdad importa. Y lo que importa es que el actual Gobierno nos cercena. Lo que importa es la luz. El precio de la luz. La ruina a la que nos abocan Sánchez y los suyos, entre ellos, los nacionalistas. Cuánto silencio en Galicia. Cuánto calla el BNG. Primero maquillando su papel con las autovías y los peajes y su «voto decisivo» en el congreso de los diputados.

Al BNG le hace tanto caso Sánchez como el que Biden le hace a él. Pero en lugar de abrazarse a Galicia, el BNG se abraza a los votos que le da Galicia. Es decir, cuanto menos hable Ana Pontón, mejor para las urnas. Pero del BNG y su complicidad con el PSOE, tan funesta para Galicia, ya he perorado muchas veces.

El asunto no es ese, sino el PP de Casado, que no da una en el clavo. Lo veo, lo escucho, lo sigo. Y lamento mi carencia de entusiasmo. Sería un gran ministro, secretario, diputado. Pero Casado no es líder de masas. Aunque la lotería de las urnas pueda caer de su parte algún día. Pero no lo veo. Y no porque carezca de méritos y valores y preparación. El problema de Casado es otro: la soberanía. Hay gente que posee la virtud de que otros los sigan y gente, la inmensa mayoría, que carece de ese don. Sigue enfrascado en la unidad de España como valor supino. Pero a la gente le preocupa el precio de la luz. ¿Nadie en el PP lo percibe? Por eso gobierna Sánchez. Ya saben, en el país de los ciegos...