Para La Voz de Galicia, prestar máxima atención a la lucha contra el desempleo será desde hoy una redoblada prioridad. Ojalá en este objetivo poderes públicos y agentes sociales sean también unánimes.
ana balseiro
La crisis sanitaria desatada por el coronavirus le ha pasado una dolorosa factura al mercado laboral: en un año largo se han volatilizado más de un millón de empleos -concretamente 1.202.000-, hasta situar el número de parados próximo a los 4 millones, aunque por debajo de esa barrera psicológica que solo se rebasó puntualmente el pasado febrero.
Según los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), abril cerró con 3,9 millones de desempleados. Sin embargo, ni las cifras que mensualmente actualiza el SEPE ni las de la encuesta de población activa (EPA) que confecciona de forma trimestral el INE elevan por encima del millón el balance de paro de la pandemia. Se quedan prácticamente en la mitad de ese número: en 652.000. ¿Qué explica este paro oculto? La respuesta está en la bolsa de trabajadores que están afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que distorsionan las estadísticas, ya que no se computan como desempleados aunque en la práctica no trabajen.
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