El arcano de las criptomonedas, algunas cuestiones controvertidas

César García Novoa CATEDRÁTICO DE DERECHO FINANCIERO Y TRIBUTARIO DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

OPINIÓN

03 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El bitcoin es una moneda virtual generada en la red al margen de los estados y de los bancos centrales. Y lo realmente innovador de esta y de otras criptomonedas es que surgen de la decisión democrática de los usuarios de crearlas y asignarles valor a través de la demanda. A diferencia del dinero clásico, su valor no depende de la decisión del poder político o de un banco central, ni del respaldo de un Estado, sino del consenso de toda una comunidad de ciberusuarios.

Vamos a referirnos a tres cuestiones relativas a las criptomonedas de las que últimamente se viene hablando. En primer lugar, la extraordinaria volatilidad que han experimentado en los últimos tiempos y si ello puede afectar a la confianza en las mismas. En segundo lugar, los recurrentes debates acerca de su seguridad. Y, por último, las posibilidades de fraude por la dificultad para detectar las ganancias obtenidas por quienes negocian con estas monedas virtuales.

Respecto a la primera cuestión, la volatilidad del bitcoin se debe, entre otras cosas, a que es un activo nuevo y de demanda creciente. Y a que está adquiriendo el rol de reserva de valor que desempeñan bienes como el oro. Ello hace que la demanda sea muy sensible a la coyuntura económica y que crezca en contextos de incertidumbre como la pandemia. Además, es un activo que puede servir de refugio frente a la inflación, porque la oferta del bitcoin es limitada. Esta fluctuación alta genera riesgos importantes que son propios de las criptomonedas, especialmente en un entorno carente de regulación.

En cuanto a la seguridad, es cierto que esta puede ser cuestionada. Pero la propia capacidad de la criptomoneda para generar valor se fundamenta, como en la moneda clásica, en la confianza. En las monedas convencionales la confianza la da el Estado o, en el caso del euro, una entidad supranacional. En el bitcoin, los operadores confían en un sistema basado en programas informáticos que nadie puede alterar unilateralmente. Las fallas de seguridad, de existir, afectan a la propia capacidad de estos activos para adquirir y retener valor.

Se vienen destacando los problemas de incumplimiento normativo y de fraude tributario en relación con los beneficios de la especulación con bitcoins. También es necesario modificar las leyes tributarias para adaptarlas al fenómeno de las criptomonedas. La ley debe aclarar, por ejemplo, si a las transferencias de bitcoins se les aplica IVA, si las ganancias se equiparan a las derivadas de operaciones con divisas, si estas criptomonedas son, a efectos tributarios, bienes en el exterior o cómo se valoran fiscalmente.

Si el término criptomoneda nos trae connotaciones etimológicas de algo oculto o escondido se trata, en todo caso, de un arcano con demasiados interrogantes y cuestiones controvertidas.