Deterioro democrático

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

CHEMA MOYA | Efe

01 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué ha querido decir Pablo Iglesias cuando aseguró que en España los medios de comunicación «son un poder sin control democrático»? ¿Es que debe de tenerlo? ¿Qué pretende cuando señala a jueces y a periodistas que no acogen sus mensajes? Porque no creo que se refiera a esos informadores (y no daré aquí sus nombres) que presumen de contar las cosas claras, repitiendo cada día las mismas críticas, como ínclitos partidarios de un periodismo políticamente servil, interesado y complaciente.

«Iglesias y Echenique están aplicando cosas que aprendieron de Venezuela», afirman otros medios. Los mismos que le piden a Sánchez que escuche con atención los mensajes de su socio de Gobierno, pero que no caiga en el silencio cómplice de un «Gobierno antisistema», con el consiguiente deterioro democrático. Porque es verdad que algunos de ellos quisieran aplicar aquí cosas aprendidas en la Venezuela de Chávez y Maduro, pero los líderes hispanos ya han embridado muchas pretensiones, porque no hay más cera que la que arde y los votos disponibles son los que son. A esto le llaman realidad. No obstante, el forcejeo continuará, e Iglesias seguirá echando sus pulsos.

¿Qué debería hacer ahora Pedro Sánchez? Claramente, no seguir pensando solo en sus intereses y en su destino. Porque la mejor forma de defenderlos (sus intereses y su destino) es acertar con la solución de los problemas actuales, evitando crear otros nuevos. Así podrá tener éxito a la hora de afrontar los conflictos fijados en el horizonte: la cuestión catalana, su propia relación con UP, el entendimiento con otras fuerzas, la culminación de la lucha contra la pandemia y la muy necesaria recuperación económica. Porque esta es la única forma de frenar el deterioro democrático (y no con una ley trans) sin deslizarse por el barrizal de un futuro incierto. Lo demás sería sermonear en el desierto, con riesgo de históricos retrocesos sociales, políticos y económicos.

A estas consideraciones hay que añadir el juego político de PP, Ciudadanos y Vox, porque no están en la posición que anhelan y que no han logrado mejorar en Cataluña, como se ha visto. Su futuro todavía no está escrito, pero lo estará. Al tiempo.