La última transgresión

Juan Ramón Vidal Romani, catedrático emérito de Geología de la UDC EN LÍNEA

OPINIÓN

CESAR QUIAN

25 ene 2021 . Actualizado a las 09:17 h.

Hace dos años miembros del Instituto Universitario de Geología de la universidad coruñesa publicaban un trabajo con este título (La última transgresión holocena), de contenido geológico, y no penal, donde se narraba la evolución de la costa gallega durante los últimos 15.000 años, el intervalo de tiempo que en geología se conoce como Holoceno. Durante esta etapa el nivel del mar pasó de estar desde más de 60 metros por debajo hasta alcanzar el actual. Lo que ahora es la costa gallega era entonces un conjunto de valles poblados de vegetación recorridos por los ríos que ahora desembocan en el mar. La línea de costa situada a veces a más de 30 kilómetros de distancia era exclusivamente una costa arenosa baja, formada por amplias playas y en donde desembocaban los ríos actuales en grandes estuarios como el de Aveiro en el norte de Portugal. La subida del nivel del mar fue una gran catástrofe que aún continúa actuando porque el mar ha cubierto las playas de entonces, se ha introducido en las rías gallegas transformándolas en lo que son ahora: brazos de mar que penetran en el continente. La política municipal, agresiva y codiciosa, ha colonizado toda la costa que aún sufre la subida del nivel del mar construyendo hasta debajo del agua. En la playa de Bastiagueiro la erosión de las olas del último temporal ha puesto al descubierto los restos de un antiguo bosque holoceno cuya edad está entre 5.000 y 7.000 años antes de ahora. Aunque el Concello de Oleiros publicó una historia geológica del Golfo Ártabro donde se detallan todos estos procesos, incluidos los avistamientos de bosques fósiles a lo largo de la costa después de los temporales, ahora ha sembrado la alarma por la exposición de uno de estos afloramientos que pretende identificar con la contaminación por petróleo.