Convivimos con infinidad de microorganismos: virus, bacterias, hongos, parásitos, pero solo algunos de ellos son capaces de producirnos enfermedades (se les denomina patógenos). Están al acecho, pero a muchos de ellos los mantenemos bajo control, bien porque hemos generado inmunidad tras pasar la enfermedad, o gracias a las vacunas.
Las vacunas salvan anualmente millones de vidas, y libran de enfermedades graves, y de sus secuelas. Con la vacunación se logró erradicar el virus de la viruela, estamos cerca de hacerlo con el virus de la polio, y es muy posible que se pueda conseguir con otros microorganismos, como el sarampión, si seguimos con las campañas de vacunación a nivel global.
Las vacunas se diseñan para combatir la enfermedad, evitando así las secuelas y muertes que esta produzca. ¿Pero, evitan que una persona se infecte y que pueda contagiar? Hay vacunas que se denominan «esterilizantes» que permiten que una persona no se infecte ya que se neutralizaría al patógeno antes de entrar en el organismo, mientras que otras evitarían tener la enfermedad, pero la persona podría infectarse, y por tanto contagiar a otros.
¿Cómo saber si una vacuna evita o no los contagios? En los ensayos realizados para las vacunas de Pfizer y Moderna frente al coronavirus SARS-CoV-2, se estudiaron decenas de miles de personas y se compararon personas vacunadas con no vacunadas. Tras unos meses de seguimiento, se vio que enfermaron solo el 5 % de los que recibieron la vacuna; es decir, que protege al 95 % de los vacunados. Sin embargo, los estudios para demostrar si la vacuna evita el contagio, son muy complejos e inciertos; y tampoco sería ético infectar experimentalmente, y poner a otras personas en contacto para ver si verdaderamente esa persona es o no contagiosa.
Es más factible analizar de forma global a una población tras vacunarla. Pues bien, tenemos muy buenas noticias. En Israel, el país que más vacunas ha puesto en un tiempo récord, la vacunación ha permitido disminuir las infecciones entre un 33-60 % (Voz de Galicia, 20 enero 2021). Cuantas más personas se vacunen en menor tiempo, iremos poniendo barreras al virus e impidiendo que siga infectando, y también, que siga mutando.
Pero no hay que bajar la guardia, debemos seguir con las medidas de protección. Para controlar la pandemia tenemos que vacunarnos, y seguir unos meses con la distancia social, la higiene, la detección temprana de casos; si no, nos exponemos a la gravedad de la enfermedad y a sus secuelas.