De George Floyd a Biden

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

María Pedreda

22 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Víspera del tercer lunes de enero. Día de Luther King Jr. Preocupado por lo que supuso el asalto de los supremacistas y ralea asociada al Capitolio, me pregunto si en algún momento llegarán a la sociedad americana las fortalezas soñadas por Martin Luther King.

Noche de domingo donde no dejo de sobresaltarme con los cortes informativos entresacados de una entrevista al vicepresidente Pablo Iglesias donde iguala el exilio republicano con la huida del expresidente Puigdemont. Me sorprende la mala memoria que en ciertos políticos se instala sobre las tropelías antidemocráticas del 6 y 7 de septiembre del 2017 en el Parlamento catalán. Noche de domingo extraña, y si no vean esa primera expulsión de Messi en competición, roja directa.

Ante tanto disloque, el del FC Barcelona también, mejor seguir la investidura de Joe Biden y Kamala Harris reflexionando para saber de la convulsa América y lo que nos afecta. Los sucesos de la muerte de George Floyd este verano están recientes: «La discriminación racial proyecta una sombra alargada y forma parte de nuestro ADN, que se transmite», señaló Obama hace seis años. Y citó con toda la crudeza Biden en su discurso.

El asalto al Congreso del 6 de enero, incitado por Trump, responde a que una gran parte de los 74,2 millones de los votantes republicanos niegan la victoria electoral a Biden y a los 81,2 millones de demócratas que lo votaron, en unas elecciones en las que participaron el 66 % de los electores. La participación más alta en EE.UU. en 120 años de democracia.

Una participación que permite saber que la sociedad americana avanza con dolor y dificultad hacia ese sueño de Luther King. En un país que sufre porque persiste el «legado de la esclavitud». Leyes aprobadas entre 1876 y 1965 que mantenían la segregación racial, y donde por supuesto los negros no podían votar.

Porque fue en 1965 -después de la marcha para reivindicar el voto negro en Alabama, liderada por Luther King, de 87 km entre Selma y Montgomery- cuando el presidente Johnson firmó la Ley del Derecho al Voto que declara ilegales las leyes que limiten el voto de los negros, ley que necesitó ser refrendada en 1991 por Bush padre.

Biden citó a San Agustín, un santo de su iglesia, pero reservó como acto privado la asistencia a una misa antes de jurar la presidencia. Con Biden y Harris en la Casa Blanca, podremos asombrarnos con más tranquilidad del enredo electoral catalán, o del nuevo paradigma del toque de queda. También por la picaresca caciquil en las vacunas y su gestión. A falta de un algoritmo que otorgue prioridades por patologías de riesgo, más allá de la edad. Algoritmo que no compran, o no hay, y ahí nos tienen pendientes de la edad o la actividad esencial. Aliviados con el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.