Hace falta ser bestia

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

GUARDIA CIVIL

17 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos son primitivos hasta decir basta. Y su brutalidad roza lo dantesco. Dos mujeres resultan heridas de gravedad en la localidad malagueña de Cártama al ser rociadas con ácido por la pareja de una de ellas. No solo se trata de un aterrador acto de violencia de género, sino que es la máxima demostración de que Hobbes (siglo XVII), y antes Plauto (siglo III antes de Cristo), no erraron en absoluto al afirmar que «el hombre es un lobo para el hombre». En este caso no se puede encontrar atenuante alguno de los que recoge el artículo 21 del Código Penal (arrebato, obcecación, etcétera) y sí circunstancias agravantes de las que contempla el artículo 22 del mismo texto legal (alevosía y aumento deliberado del sufrimiento de la víctima, entre otras varias). La maldad en su máxima plenitud. Nadie actúa de esta manera sin madurar su futuro proceder durante días y días. Se quiso asegurar de que, si no terminaba con la vida de su novia, cuando menos le provocaría unas quemaduras que la atormentarán durante el resto de sus días. Le compensó su cruel proceder, a pesar de las consecuencias legales que para él tendrá, con tal de dañar a su pareja. Para su elemental manera de concebir la vida la intentó matar porque era suya y nadie va a conseguir que cambie de parecer. El principal y único argumento del maltratador es siempre el mismo. Su novia es de su propiedad y eso de compartir una vida en común es un cuento chino propio de los tiempos excesivamente modernos que le han tocado vivir. Si, «total, solo fue un puñetazo», dicen en su defensa algunos con cara de no haber roto un plato en su vida. Visto un individuo de estos, vistos todos los de su calaña. No deseo que suene a frase hecha pero, cuando leo una noticia como esta, más fuerte son las caricias que les hago a mis tres perros cuando llego a casa. Ellos carecen de la maldad de algunos humanos.