Pandemiales y «pandemials»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

26 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

P or si no teníamos bastante con las indicaciones y contraindicaciones que un día sí y otro también nos dan para preservarnos del covid, un neologismo viene a aportar confusión a la nomenclatura surgida al calor del coronavirus. Se trata de pandemial, tratado por algunos como español, con su plural correspondiente, pandemiales. Obsérvese que en este caso estamos ante una palabra aguda, por lo que se pronuncia [pandemiál]. Para otros es inglesa, lo que se pone de manifiesto por el plural que emplean, pandemials.

Pandemial podría estar formado por pandemia y el sufijo -al, que procede del latín -alis, como su homógrafo inglés. En uno y otro idioma, este afijo indica relación o pertenencia, como en abdominal, cultural y cerebral, en español, y en historical y annual, en inglés. Pandemial sería un caso paralelo al de epidemial, de gran tradición en español. Este es sinónimo de epidémico, ‘perteneciente o relativo a la epidemia’, y pandemial lo es de pandémico. Góngora emplea epidemial cuando en la Comedia del doctor Carlino (1613) don Tristán pregunta si hay enfermedades, a lo que el galeno responde: «Muchas, y aun casi epidemiales».

No obstante, no son pocos los que creen estar usando el inglés. Estos son los que pronuncian [pandémial], pues ven en la formación del nuevo término una imitación de millennial. Unas y otras voces se usan con más de un sentido. Los millennials o mileniales eran, o son, los integrantes de la generación del milenio, a la que también se le dio el nombre de generación Y. Hay quien la ve integrada por los nacidos alrededor del año 2000, pero para la mayoría de quienes hablan de ella está formada por los que llegaron a la edad adulta con el milenio.

Para unos, los pandemiales son quienes han nacido o nacerán durante la pandemia; para otros, los niños cuya educación y socialización han estado condicionadas por la epidemia. Algunos más limitan el término a los jóvenes, el sector de la población más afectado, aunque no por la enfermedad en sí, sino por los cambios que provoca en su proyecto vital. Finalmente, el adjetivo y sustantivo también se aplica a todos aquellos a quienes la pandemia está alterando la vida, sea cual sea su edad. Cambian las formas de estudiar, de trabajar, de comprar, de informarse, las relaciones personales, el ocio, las preocupaciones... El problema del nuevo término es que se emplea con distintos significados y el contexto no suele ser en este caso un buen desambiguador.