De que los padres maten a sus hijos con el aborto, llega la consecuencia lógica, que los hijos maten a sus padres con la eutanasia. Lo más incoherente en relación con la eutanasia es, sin duda, que no existe un derecho a morir, el único derecho que existe y que es el primer derecho fundamental, sin el cual no existiría ningún otro, es el derecho a la vida. A esta incoherencia se suma el que no existe real y verdadera demanda social. Muchas personas desconocen la existencia de los cuidados paliativos y, sin ese conocimiento, pueden estar de acuerdo con acabar con el sufrimiento. Ningún ser vivo desea morir, solo el ser humano, ante el miedo al sufrimiento insoportable, puede pensar en ese recurso para ponerle fin.
Sin embargo, cuando un enfermo está correctamente tratado, no desea morir. Pero, con esta ley, solo se le presenta como alternativa la eutanasia. En Holanda, los ancianos tienen miedo de ir a un hospital por temor a que les maten. Llamémoslo con su nombre. La eutanasia es que te maten. En principio, con tu consentimiento, luego bajará cada vez más el baremo de aplicación, porque la realidad que subsiste es meramente económica. Los cuidados paliativos cuestan mucho frente a acabar con el problema.
Una ley de eutanasia supone iniciar un camino, muy resbaladizo, donde la vida humana se desvaloriza frente a aquellas demandas sociales por razones que nada tienen que ver con la compasión. Solo hay que mirar en los países que van por esa pendiente. Con la ley Aktion T4, Hitler llegó a convencer de que era un acto de piedad llevar a sus familiares discapacitados a matarlos.
Los cuidados paliativos requieren ser dotados de recursos y la eutanasia solo una inyección letal. Además, con esta ley pretenden eliminar la objeción de conciencia. ¿Cómo es posible que se apruebe una ley cuando ni siquiera se plantean los cuidados paliativos? España solo cuenta con 260 servicios especializados en cuidados paliativos y alrededor de 80.000 personas mueren sin acceder a ellos. El 85 % de los niños que necesitan esta asistencia no la reciben. También depende de en qué comunidad autónoma vivas para recibirlos. Existe un estancamiento e incluso un retroceso interesado para legislar sobre eutanasia. La muerte está ahí, la diferencia es morir dignamente de verdad, en paz, sintiéndote querido, junto a los tuyos.
La vida humana es sagrada desde su concepción hasta su fin natural. No se trata de ser creyentes o no, porque está en juego la vida de la persona; en cualquier caso, debe respetarse y poner todos los medios para que uno se muera atendido y querido. En paz consigo mismo y con el mundo.