De sueños también se vive

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Mariscal

26 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El mejor servicio que la ultraderecha podría prestarle a este país, al que tanto dice amar, sería haber servido de revulsivo para que las dos principales fuerzas parlamentarias comiencen a mirarse a la cara y a avanzar hacia el diálogo y los pactos. Si la moción de censura puede acabar con este clima político irrespirable que llevamos sufriendo hace años, no nos importa decir que le quedaremos agradecidos al facherío, pese a la hostilidad que propugna.

La que iba a ser la representación pública de la decapitación de Pablo Casado, la destrucción del PP y de la caída en desgracia de Pedro Sánchez, se ha tornado en todo lo contrario. Los extremistas quedan descolocados, arruinados y derrotados, mientras Casado mostró su cara más brillante, recupera el cuestionado liderazgo de los populares y Sánchez sale indemne del envite. Un desastre sin paliativos para la extrema derecha de este país.

Habrá que aguardar y ver en qué medida los dos principales partidos están dispuestos a acabar con estos tiempos de desacuerdo y confrontación en los que nos metieron. Pero si Casado mantiene su papel centrista y Sánchez se aviene a negociar, como parece intuirse al retirar la reforma del CJPG, podemos estar ante un nuevo escenario político. El que desde hace tiempo viene reclamando la sociedad española, harta de soportar situaciones disparatadas que solo sirvieron para agravar la situación del país y provocar incertidumbre y desazón.

El camino no es sencillo. Unos y otros están muy heridos por los comportamientos irracionales vividos. Tampoco favorecen los cánticos de euforia lanzados por los que colocan ya a Casado en la Moncloa. Ni los vetos, incomprensibles a formaciones legítimas.

Pero es una oportunidad extraordinaria para que se planteen qué hacer de cara al futuro que se nos avecina y que, por mucho optimismo que le imprimamos, se antoja como el más complicado de todos los vividos. Y si rectifican, porque la moción les sirvió de acicate, le tendremos que estar agradecidos al facherío. Que en un ridículo espantoso logró lo contrario de lo que buscaba. Que es lo que hacen los necios. Y una vez hecho el servicio, que se vayan y nos dejen en paz. Todo es un sueño. Pero de sueños también se vive.