Elecciones a la CEG, ¿para qué?

Manuel Jaime Martínez Rapela EN VIVO

OPINIÓN

PACO RODRêGUEZ

12 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se convocan elecciones a la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) en la época más convulsa y amenazadora desde los puntos de vista sanitario, político y económico desde la Transición. La crisis económica que comenzó en el 2008 arribó los populismos. Fue el fin de la estabilidad política que había permitido un crecimiento permanente durante años. Ahora la pandemia desemboca en un crisis económica brutal y desconocida. Entre todos, sector público y privado, tenemos que salir de este pozo. La sociedad civil se articula mediante instituciones privadas que además de la defensa de sus afiliados, habrá de colaborar al bien común. Tenemos una sociedad bastante aletargada y no ha de ser excusa el temor al contagio y el confinamiento. Ya lo era antes. Si tardamos en reaccionar será tarde.

Hay personas que tiene que dar un paso adelante y en instituciones como la CEG, máximo órgano de representación del empresariado gallego, han de pensar que no se pueden pasar otros años como los anteriores en donde las rencillas deterioraron la imagen del empresariado y privaron a Galicia de una voz autorizada para plantear los problemas y las soluciones a la economía de las empresas.

Si alguien se ha formado la imagen de que los dirigentes empresariales de la CEG y las territoriales les falta capacidad e interés, se equivoca. De algunos me precio de su amistad y me consta su valía. Pero las luchas internas no permitieron su camino correcto. Ahora se precisa de la generosidad de todos para buscar y convencer a un empresario de máxima categoría, que haya estado al margen de toda diatriba pasada. Como los candidatos han de ser presentados por una organización territorial, será preciso consenso y una presentación conjunta del candidato con un pacto de colaboración. Las luchas por el «poder» -¿qué poder?- entre «norte» y «sur» han existido desde la fundación de la CEG, pero siempre se fue consiguiendo el pacto paro un funcionamiento normal. Hay que recuperar este espíritu.

Todos los que dedicaron horas desinteresadamente a la institución lo agradecerán y el resto de los empresarios también. Galicia saldrá beneficiada.