Confrontación sin disimulo

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Javi Martínez / Pool

11 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lecturas hay para todos los gustos. Puede que el fracaso de Nadia Calviño para hacerse con la presidencia del Eurogrupo se deba a las dudas que despierta la política económica del presidente Sánchez. Puede también que sea un duro varapalo para España y para el propio Sánchez. Es posible incluso que denote la escasa influencia española en Europa, por los reiterados fracasos que sufren sus propuestas.

Puede que todo eso y mucho más. Pero, al margen de que sea o no un menoscabo para Pedro Sánchez, que lo es, lo que debe importarnos es que Europa está mal ideada y peor construida; que existen varios proyectos sobre lo que hay que hacer y que lo que prima ahora es la confrontación abierta y sin disimulo.

Ocurrió con la derrota de Luis de Guindos para la misma presidencia; nuevamente hace solo uno año con la renovación de cargos, y ha vuelto a acontecer a pesar de contar Calviño con el mejor currículo y, lo que es más importante, con el respaldo del 80 % del PIB comunitario, que algo debería de poder decidir, y con Alemania y Francia, entre otros pesos pesados.

Pero el bloque ganador, capitaneado por Holanda, que colocó al irlandés Donohoe, nos acaba de recordar lo de las dos Europas. Las que promueven paraísos fiscales. La popular y la socialista. La del norte y la del sur. Y ninguna de ellas parece estar muy dispuesta a negociaciones y componendas y siempre que pueden se encargan de recordarnos que esto se construyó defectuoso y que hay que solucionarlo más pronto que tarde; entre otros motivos, porque el porcentaje de euroescépticos supera ya al de europeístas. Y con los ultras llamando a las puertas.

Podemos interpretar de mil formas el fracaso de Calviño, de Sánchez, de España, de las primeras economías comunitarias y de los países más fuertes. Incluso decir que ya no se escucha a Merkel y a Macron. Pero lo importante es que sigue habiendo dos Europas; que el norte no nos puede ver y que ahora se nos vienen encima tiempos difíciles en los que tratar de reconstruir los daños del coronavirus. Pero seguimos en un proyecto en el que Malta pesa lo mismo que Alemania y Chipre o Luxemburgo tanto como Francia, Italia o España. Así de bien lo hacemos.