«Cambien de rumbo»

Cartas al director
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OPINIÓN

Pinto & Chinto

23 jun 2020 . Actualizado a las 11:44 h.

«Cambien de rumbo»

Aunque soy seguidor on-line de La Voz de Galicia hace mucho tiempo que no leo un artículo como el que se publicó este domingo con el título de Cambien de rumbo, escrito por el editor de La Voz de Galicia. Me decido a escribirles para darle mi enhorabuena por este artículo, coincidiendo totalmente con lo que creo como usted que sucede y lo que es peor, como dice al final, podría suceder. Me asombra porque son unas palabras que al ir leyendo reflejan mi sentimiento y pensamiento. Escribo para que este email llegue como muestra de mi total agradecimiento por estas palabras, que espero más de uno se pare a leerlas. A. Fanego

¿Por qué no saben contar muertos y sí votos?

En nada serán las elecciones y votaremos cada quien a su partido favorito. Pasaremos el día esperando el cierre de los colegios electorales y a la hora en punto ya se sabrá hacia qué lado se inclinó la balanza. Cada colegio electoral enviará su recuento a una sede central, se contarán y antes de medianoche podremos irnos a la cama sabiendo cuántos votos consiguió cada uno de los partidos en cada ayuntamiento. Así de fácil, en un solo día todo arreglado. Ahora aparecen mis dudas: si se puede hacer eso con sobres de papel ¿cómo no se puede con los datos de las personas que mueren? ¿No puede cada hospital decir cuántos fallecimientos y de qué, tiene cada día? ¿No sabe cada funeraria cuántos muertos tiene en sus tanatorios? ¿No se puede saber cuántas defunciones se firman cada día? Si eso no se puede hacer, entonces no entiendo nada. Aurora R. Mera. Ortigueira

Una falta de respeto

Con frecuencia veo actitudes que me parecen una falta de respeto. Por ejemplo, cuando estoy en la acera ante un paso para peatones esperando pacientemente a que la luz verde del semáforo me permita cruzar, y algunos listillos se colocan delante de mi y, cuando les parece, cruzan sin más. Pero nada comparado con la rabia que sentí ayer cuando, al comprar el pan, hasta tres clientes seguidos que me precedían en la cola, se presentaron delante de María, la panadera, sin la preceptiva mascarilla. No solo por el riesgo de la pandemia, sino, y sobre todo, porque me parece una falta de respeto hacia la persona de María, ella que debe de tener llagas en la cara de no poder quitarse la mascarilla. Y me estoy refiriendo a todas las Marías y los Marios que aguantan su jornada laboral soportando dicho artilugio. Manuel García. A Coruña

 «Estimados compatriotas»

«Estimados compatriotas». Así comenzaron las palabras del presidente cuando anunció el estado de alarma. No necesito disgregar demasiado, para darme cuenta que no me considero estimado, porque no representa amistad y menos empatía en momentos de dolor; por consiguiente, mi estima está en mi familia, amigos y todas las personas que nos han ayudado, y continúan haciéndolo. En relación al sustantivo compatriota, menos; sostengo una visión de un país muy diferente. Pedro Sánchez vela por sí mismo y también por sus «varones» con «v», su salud endogámica con sus socios ilustrando cualquier cosa, excepto compartir. Solo quiero recalcar que mis compatriotas son otros, y mis estimados muchos; él no. Curro Fernando. A Coruña.