Abrir el Camino de Santiago a todos

Cristóbal Ramírez LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

ANA GARCIA

08 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago se descolgó el pasado martes con un comunicado en el que, asombrosamente, lamenta que cuando se abran las rutas de peregrinación pueda circular por ellas quien lo desee. De manera textual, con un argumento sanitario, dice que en una primera fase deberían transitar «exclusivamente peregrinos nacionales».

Descartado por completo que el racismo anide en la federación, que por otra parte tiene tras de sí una impecable trayectoria, solo queda considerar que ha cometido un tremendo error. Y por un doble motivo.

En primer lugar, porque el Camino de Santiago no es un espacio policial. La policía de balcón que sufrimos no puede transformarse en policía de albergue, denunciando a la Guardia Civil si hay peregrinos de otros países, que además tendrían que ir callados para que no los descubrieran. Esa es la antítesis del espíritu del Camino.

Y en segundo lugar, porque carece de la mínima lógica. ¿Es más seguro desde el punto de vista sanitario ir paso a paso con un ciudadano que viva en el centro de Madrid que con un danés del puertecito de Ribe? ¿Es más fiable andar y confraternizar con una ciudadana del centro de Barcelona que con una de Zúrich? ¿Por qué? ¿Hay algún dato objetivo que lo respalde?

Las autoridades, legítimamente, cerraron el Camino, pero cuando lo abran será desde el minuto uno un espacio de libertad para todos los seres humanos. Como lo ha venido siendo desde el siglo X.