¡70 coches en abril!

César Casal González
césar casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Oscar Vázquez

05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Toma economía real, de la que te aplasta. Mi compañera Manoli Sío Dopeso ha reflejado en La Voz el dato: 70 coches se han vendido en abril en Galicia. Solo. Cuando la media de un mes normal es de tres mil. No es un problema de geografía. En el País Vasco la estadística abunda en la espeluznante cifra: 60 automóviles se pudieron vender en la comunidad vasca durante el mismo mes. ¿Necesita algo más el Gobierno para ir oxigenando la economía con las medidas necesarias? Todos conocemos a seres humanos que trabajan en los concesionarios, que siguen cerrados. Piensas en ese vendedor que se deja la piel por seducirte, por intentar colocarte las bondades de la marca para la que labora. Ahí sigue arrumbado en su casa. Parado. Detenido. Con horarios fijos de paseo. Y ese muchacho, cuando al final sale a caminar con la mejor de sus sonrisas, ve que el desconfinamiento por mucha intención que ponga la gente es un despiporre. El chaval que trabaja, que trabajaba en el concesionario, ya barruntaba en la cola del supermercado o de la panadería que ¿cuál será la causa por la que todavía no le dejan trabajar a él con cita previa, atendiendo con las mismas normas que en un súper a sus clientes con el cuidado y la higiene necesaria? Distancia social, sí. Suicidio social, no. 70 coches para un sector con expedientes de empleo que afectan a más de 6.500 personas. Pero el drama es que, además de no dejarle hacer su trabajo, cuando vuelva al tajo será un tajo totalmente seco. ¿Cómo van a faenar en ese cauce sin agua los vendedores? Es tanto el miedo real y ficticio que se les ha metido en el cuerpo a los posibles consumidores que vender un coche será tarea imposible. ¿Quién se mete a comprar un auto con la que cayó, la que está cayendo y la que se espera? Algunos porque directamente lo están pasando tan mal que lo que quieren es llenar la nevera o pagar la luz. Otros porque sienten el sudor frío del pánico cuando piensan en gastar. Todo por darle cancha al virus y decidir tarde y mal. Ahora lo que necesita ese chaval del concesionario es primero que le dejen trabajar para intentar vender un vehículo a nosotros, los clientes. El problema es que los clientes en este minuto de la película de terror en que malvivimos somos zombies. Miras desde tu casa cómo pasea la gente en el horario permitido y, desde lo alto, parece la nueva temporada de The Walking Dead. Nos han vaciado. Somos moldes en pena. Almas de cántaro roto.

Miras desde tu casa cómo pasea la gente en el horario permitido y parece la nueva temporada de «The Walking Dead». Nos han vaciado. Somos moldes en pena