Inseguridades de Sánchez

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Borja Puig de la Bellacasa | Efe

27 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez dedica todas sus energías a apuntalar y consolidar su protagonismo político, como si todas sus decisiones fueran el resultado de profundos análisis y reflexiones. Dicho en otras palabras, él es el que recibe toda la información cualificada que obtienen e interpretan sus adláteres y asesores. Y esto es lo que más beneficia su discurso. Porque a la postre todo le llega madurado y orientado.

Sánchez cree que esta forma de ejercer la presidencia lo está consolidando, y así puede ser. Pero la realidad es que le hace escenificar en exceso que todo depende de él. Algo que no le pasaba a Felipe González, quien dimitió dos veces cuando lo creyó necesario y, nada más hacerlo, todos corrieron a buscarlo para pedirle que volviese.

Creo que Sánchez no dimitirá nunca, quizá porque no esté seguro de que alguien corra a buscarlo. Por esto, su modo de asegurarse en el mando es otro: nombrar a fieles incondicionales y luego acaparar todo el protagonismo. ¿Por qué es así? Quizá porque tiene miedo a perder el poder. Sabe que podría ser el principio del final de su liderazgo.

Es verdad que el culpable de la actual situación fue el ínclito Rivera, aquel forjador y superlíder de Ciudadanos que, después de haber acordado cientos de puntos programáticos con Sánchez, se salió del invento y se fue con el PP e, indirectamente, con Vox. Ese día le hizo el mejor de los regalos a Podemos, es decir a Pablo Iglesias, que parecía condenado a un ostracismo o una marginalidad definitivos. Pero el engreído Rivera, con su desastre, lo restituyó a la órbita del poder. Y ahí está, tocando el cielo.

(Hace poco, se le atribuyeron al exministro socialista José Luis Corcuera unas declaraciones en el sentido de que «el Gobierno actual nos da mítines todos los días», con el favor de algunos grupos mediáticos. Al parecer, se trata de una noticia falsa y así debe constar. Corcuera dejó el PSOE cuando Sánchez llegó a la secretaría general).

Ahora todos estamos centrados en la lucha contra el coronavirus, con Sánchez a la cabeza. Sabe que esta es su obligación y su oportunidad de consolidarse en el poder. Y puede que lo logre, sobre todo si sus «pactos de la reconstrucción» obtienen el apoyo del PP.