Incomodarse

OPINIÓN

17 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace mucha falta. Revolverse un poco en el asiento. Querer cerrar los ojos y sin embargo seguir mirando. Avanzar, pasar la página aunque te esté lacerando por dentro. Es muy necesario pasarlo mal a veces. Escuchar, a pesar de todo. Aunque lo único que te salga sea pulsar el botón de mute y quedarte un ratito en silencio. Mirar la pantalla aunque te crispe los nervios lo que estás viendo. Abrirse al mundo, salir del algoritmo y de la burbuja que nos hemos ido construyendo. Escuchar argumentos que no refuerzan tus propios pensamientos.

Ojalá. Ojalá volver a hablarnos e intercambiar argumentos. Escoger textos que sean una maniobra de demolición al argumentario que defendemos. Estar incómodos, pero seguir leyendo. Asistir a cómo un periodista confronta con datos a un político que usa los datos como el conviene en cada momento. Saber qué piensan los que piensan distinto a nuestro razonamiento. Entender por qué hay negacionistas del cambio climático y de la violencia de género. Saber qué proceso mental llevó a la mayoría del Reino Unido a decidir dar con la puerta en las narices a sus vecinos europeos. Ya va siendo hora de abrir los ojos y entender que la realidad da asco aunque nosotros nos lo neguemos. Que hay más opiniones que la nuestra. Y por eso hay que escucharlas. Porque solo cuando estamos incómodos estamos aprendiendo.