Destrucción del delta

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

Susanna Sáez | Efe

28 ene 2020 . Actualizado a las 09:23 h.

Lo habitual es que, cuando llueve torrencialmente, las aguas se deslicen por las laderas de los montes, se incremente el caudal de torrentes, regatos, riachuelos y ríos y, al final, una gran masa de agua dulce se dirija hacia el mar y en la desembocadura deposite todo tipo de materiales que arrastra. Si se abre en distintos brazos de agua, se forma un delta, llamado así porque tiene la forma de la letra griega delta mayúscula (un triángulo). El del Ebro es el delta más significativo de los ríos españoles.

Entre las actividades desarrolladas en el delta del Ebro, destacan la agricultura (cultivos de huerta, frutales y, sobre todo, arroz), la pesca, la acuicultura y el turismo, con un valor económico anual muy elevado. El delta del Ebro es un Parque Natural y, por lo tanto, con un grado de protección administrativa muy elevado. De poco le ha valido. Las imágenes tomadas desde el satélite muestran el antes y el después del temporal Gloria. La bestial entrada del mar en el delta del Ebro ha producido unos estragos que se ponen de manifiesto en la desaparición de su estructura y de la distribución de materiales conseguida tras cientos de años de convivencia pacífica entre el río y el mar. El mar se enfureció y el delta del río Ebro desapareció.

Esto no tiene nada que ver con el cambio climático y sí con las fuerzas de la naturaleza, que están ahí para recordarnos la insignificancia de los seres humanos.