El comino o cómo digerir a ERC

M.ª Carmen González Castro
M.ª Carmen González VUELTA Y VUELTA

OPINIÓN

Juan Carlos Hidalgo | Efe

08 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El comino tiene fama de ser una especia que ayuda en el caso de digestiones pesadas. Pues mucho comino le va a hacer falta a Pedro Sánchez y a su Gobierno para tragar los sapos que le tiene preparados ERC. Que la legislatura no iba a ser fácil era evidente, pero que minutos antes de la investidura Esquerra haya espetado en el Congreso que le «importa un comino la gobernabilidad de España» supone un nivel de humillación difícil de soportar. Y ese es el gran desafío del nuevo Gobierno: cuánta humillación están dispuestos a aguantar el Ejecutivo, sus partidos y sus votantes.

A la mayoría de los ciudadanos que dieron su voto al PSOE les habrá gustado más o menos la coalición con Podemos, y viceversa, pero cuando el 10 de noviembre se dirigieron a su colegio electoral sabían que era inevitable un acuerdo por la izquierda, toda vez que la opción centrista con Ciudadanos no fue posible en la anterior legislatura y acabó diluyendo la fuerza de la formación naranja en noviembre.

También intuían que ERC iba a tener un enorme protagonismo en esta legislatura. A nadie se le escapa que la intención de socialistas y morados es rebajar la tensión, el enfrentamiento, a ver si así encuentran una salida al enorme problema generado desde las instituciones catalanas. A la vez, el principal interés de Esquerra es mantener una posición de la que pueda sacar el mayor beneficio electoral en las próximas elecciones a la Generalitat. Va a bordear la legalidad, pero se va a mantener dentro de ella porque ya sabe lo que es la cárcel, al tiempo que compite con su otrora socio, Carles Puigdemont, que campa a sus anchas por Europa llevando el populismo a su máxima expresión.

Con estos condicionantes, y con una oposición que no va a pasar ni una, llega Pedro Sánchez a la presidencia, flanqueado por su vicepresidente Pablo Iglesias. Y ahora que ya se sientan en el sillón, ¿qué? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la flamante coalición progresista por mantenerse en el poder? Pues de eso va a ir la presente legislatura, de cuánto están dispuestos a ceder ante las fuerzas catalanas en el Congreso de mayor fragmentación y de mayor polarización en los 40 años de democracia. PSOE y Podemos van a tener que hilar muy fino. ERC no puede monopolizar la acción del Gobierno, porque, aunque el catalán es un enorme problema y el objetivo de cualquier gobierno tiene que ser la utópica misión de intentar devolver a los partidos soberanistas a la senda constitucional, España es mucho más que Cataluña. También son enormes y numerosas las dificultades por los que atraviesan muchos de los 46 millones de españoles. Y merecen una solución, hayan votado a alguno de los partidos de la coalición o no, y hablen catalán o no.