Filigrana al tres

Luis Ferrer i Balsebre
luis ferrer i balsebre TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

13 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos solemos tener un número favorito y los hay que cuentan con una gran membrecía. En cambio, el prolífico e inquietante número tres, sin ser el más aplaudido, es una dovela clave en nuestra estructura psíquica. 

El número tres se encuentra en todas las formas de razonar del ser humano y es considerado el número divino por excelencia.

Tres son los elementos de la triaca alquímica: azufre, sal y mercurio. Los Reyes Magos eran tres y todas las cosmologías y religiones el mundo son cosa de trinidades.

La mirada filosófica de Karl Popper dividió el universo en tres mundos: el mundo uno, o mundo físico, que incluye la materia y la energía, el tiempo y el espacio, con nosotros mismos. El mundo dos, o mundo de la mente, se refiere a la conciencia y los procesos psíquicos. Finalmente, el mundo tres, o mundo de la cultura, que incluye todos los productos de la creatividad del intelecto humano que se atesoran en las bibliotecas y dispositivos de almacenamiento imperecederos.

La mirada espiritual del hinduismo habla del triokan. Dice que el espíritu del ser humano tiene dos moradas: este mundo y el del más allá. Sin embargo, existe una tercera morada: la región de los sueños. Descansando en esta zona fronteriza, el espíritu puede observar su morada en este mundo y en el del más allá.

El filósofo Javier Echevarría también distingue tres entornos en los que habitamos: el primero es el natural; el segundo, el urbano; y el tercero, el virtual, la Red.

Más allá de sesudas teorizaciones sobre nuestra esencia, propugno la siguiente tríada prosaica del mundo: un primer mundo íntimo y pequeñito en el que estamos nosotros solos -rigurosamente solos-; en este mundo no hay nadie que no sean nuestras emociones, ilusiones, sentimientos, deseos y afanes innombrables. Un segundo mundo privado, construido en el entorno inmediato, un espacio que habitan la pareja, la familia, los amigos y vecinos, el entorno laboral… Lugares donde brotan otros sentimientos distintos a los íntimos. Y un tercer mundo que podríamos llamar telemundo, que es inabarcable, expansivo, virtual e inaprensible, donde habitan los iconos y carátulas de todos los deseos humanos y las orgías de amigos y amigas sin olor.

La evolución de las cosas apunta a que este entorno es donde más tiempo habitaremos y en el que solo detalles reales nos devolverán al redil de lo íntimo y específico del ser humano: una enfermedad, una pérdida, una pasión, una oración, una locura o una caricia... Cosas capaces de devolvernos al mundo abarcable.

Y tres eran tres las hijas de Andrés. Tres tristes tigres comen trigo en un trigal. Y Trinidad es el grelo, junto al nabo y la nabiza.