Todavía perplejos

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Eduardo Parra - Europa Press

30 sep 2019 . Actualizado a las 10:53 h.

Probablemente nuestra realidad política acabará por despejarse y volver al buen camino, pero de momento una perplejidad densa parece cubrir la raya del horizonte en el conjunto del Estado. Es como si hubiésemos hecho unas elecciones para salir de un agujero y nos hubiésemos metido en otro, plagado de incertidumbre y con la ciudadanía confundida y desencantada. En esto hemos desembocado. ¡Y con el lío catalán al fondo!

Se han dado cifras de encuestas que son contundentes y según las cuales el 90% de los españoles aún se sienten irritados, preocupados y decepcionados por la repetición electoral. Pero ya estamos en ello y no hay vuelta de hoja. Ahora la pregunta es: ¿por dónde saldrá el tiro? Porque todavía cabe que se repitan unos resultados parecidos y que, en consecuencia, se corra el riesgo de una nueva complicación en la investidura.

Encuestas y analistas apuntan a que el PSOE y el PP subirán algo, mientras que Unidas Podemos se mantendrá y Ciudadanos podría empeorar su posición. Pero esta hipótesis admite sorpresas. Y entre ellas ya figura la novedosa comparecencia de Íñigo Errejón, que está despertado entusiasmos inesperados y consistentes en estas fechas.

En el PSOE (y fuera del PSOE) nadie duda de que Pedro Sánchez va a ser el vencedor, pero ¿lo será con una mayoría suficiente para no tener que acordar nada con UP? Aquí está el quid de la cuestión. Porque sería una verdadera pesadilla que se viesen forzados a retornar a una negociación como la ya vivida ¡y sufrida! Es de suponer que todos han tomado nota de la decepción nacional que han generado y de que todo eso no debería repetirse. Porque entonces el cabreo se convertiría en un castigo mucho mayor.

A mediados del pasado mes de julio, los expresidentes Felipe González y José María Aznar coincidían en pedir «centralidad» a los bloques políticos, en lugar de un «ciego antagonismo». Y reconocían que ellos mismos se habían «peleado mucho», pero sin alejarse de la centralidad y sin dejar de compartir «objetivos importantes». Tengo la impresión de que todos nos hemos dado cuenta de la relevancia de esto, pero ignoro si valdrá para algo. Porque la realidad es que ya estamos cansados de jugar esta partida.